Desde que debutó como actriz con apenas siete años en Entrevista con un Vampiro, Kirsten Dunst lleva oyendo por parte de la industria y el público en general que algo no encaja. Su físico, su relación con los medios y su rumbo profesional han sido cuestionados por un sistema que siempre encontró el rechazo de la intérprete a convertirse en la mujer perfecta de Hollywood.

Hoy, después de haber logrado su primera nominación al Oscar por su rol secundario en The Power of the Dog, y pese a que asegura haber pagado un alto precio, Dunst puede jactarse de tener una estrella en el Paseo de la Fama sin que ningún superhéroe la ayudase.

“Siempre he sentido que no era nadie. No sé, quizás creen que sigo siendo la cheerleader de Triunfos Robados”. Kirsten Dunst no puede disimular la decepción por el escaso reconocimiento de Hollywood a sus logros. En una entrevista, compartió su desazón por el tratamiento que recibieron películas como María Antonieta o Melancholia, hoy considerados filmes de culto. “Es interesante porque siento que mucha de las cosas que hago son apreciadas por la gente después de un tiempo”.

Y fue quizás por su carácter independiente que recién este año fue nominada a un Oscar. Sin embargo, puede sentirse orgullosa de tener una de las carreras más completas y envidiables de las últimas décadas. Desde la saga Spider-Man, hasta Mujercitas y Jumanji. Pasando por Eterno Resplandor de una mente sin recuerdos a Las Vírgenes Suicidas.

Medios indies como Nylon la nombró como “la actriz más infravalorada de su generación”. Algo que compensó con una estrella en el paseo de la Fama, donde llegó acompañada de su marido, el actor Jesse Plemons a quien conoció mientras grababan la segunda temporada de la serie Fargo.

“Soy muy afortunado por tenerte en mi vida y Hollywood Boulevard es muy afortunada por tenerte en sus calles”, declaró el actor en la ceremonia. Dunst también ha sido imagen de marcas como L’Oreal o Rodarte, firma de la que es embajadora y fuente de inspiración.

En una de sus últimas colaboraciones con su íntima amiga y directora habitual, Sofia Coppola, ella le habría pedido bajar de peso para el personaje. “Es mucho más difícil adelgazar cuando tienes 35 años y odias hacer ejercicio. Quería comer pollo frito y McDonald’s antes de trabajar, así que le dije que lo sentía, pero que no perdería peso para el papel”, contó a Variety.

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Una decisión que fue respetada por la cineasta que apostó por ella cuando era una adolescente en Las Vírgenes Suicidas. Y que Dunst cita como uno de sus pilares fundamentales: “Cuando era más joven tuve a mujeres realmente fuertes a mi alrededor, una de ellas es mi madre y la otra es Sofia”. La realizadora terminó trabajando con ella en El Seductor, en un elenco que reunía a Nicole Kidman, Elle Fanning y Colin Farrell.

Esa no fue la primera vez que Hollywood juzgó el físico de la actriz originaria de New Jersey. En la misma entrevista, Dunst desveló que uno de los productores de Spider-Man trató de convencerla para que se arreglara los dientes y se pusiera “una de esas perfectas sonrisas de Barbie”. Y ya podemos adivinar cuál fue su respuesta.

Y fue la presión por ser una estrella internacional que, teniendo 27 años, Kirsten sufrió de depresión. Algo que la tuvo lejos del cine e internada en un centro de rehabilitación. “Es injusto que se espere que un artista siempre hable bien en público. Que tenga la piel lo suficientemente dura como para soportar críticas muy hirientes y que para poder hacer su trabajo, sea, además, muy sensible y tenga los sentimientos a flor de piel”, confesó en una entrevista para Town & Country.

En 2018 tuvo a su hijo Ennis. El peso ganado durante el embarazo, y la influencia de este en su futuro profesional ,volvió a ser tema de conversación. Pero en este punto de su vida y después de más de tres décadas en esta profesión y después de una nominación al Oscar, Dunst considera que está lo suficientemente validada en la industria como para no apurarse en recuperar los abdominales. “El beneficio de crecer siendo conocida es que tengo una perspectiva muy sana de lo que significa ser actriz. Tengo una cantidad saludable de vanidad que no se ha convertido en algo destructivo y muchos modelos de conducta a mi favor”, confesó hace pocos meses en la promoción de la película The Power of the Dog.