No es tan fácil que una autora como la norteamericana Joyce Carol Oates, quien estuvo nominada al Pulitzer por esta novela –Blonde– se rindiera tan fácilmente a la idea de una adaptación cinematográfica de su obra y que, además, después de haber visto su primera edición, le diera su venia absoluta. Por eso es que la decisión de Netflix ha provocado tanto desconcierto. Pero tampoco es tan raro, veamos.
Se trataba de una de las películas más esperadas de este año. Iba a tener su estreno en el pasado Festival de Cine de Venecia y sonaba fuerte como candidata a los próximos premios Oscar. Acumula 10 años de producción y según su director Andrew Dominik, “será una de las diez mejores películas de la historia”. Y al parecer ya está terminada, porque el director del Festival de Cannes, Thierry Frémaux ya la vio. Según contó al sitio especializado Deadline, “podría haber estado seleccionada. Es hermosa”. Pero ya sabemos, entre Cannes y Netflix hay un romance trágico e irreconciliable.
Sin embargo, hace algunas semanas la plataforma de streaming ha decidido retrasar el estreno de Blonde para el año próximo. La explicación que entregan en el sitio World of Reel es la siguiente: “Blonde es una representación sexual y gráfica de Marilyn Monroe. En Netflix están absolutamente horrorizados por la versión que Andrew Dominik les presentó, que incluía una escena de violación y ‘cunnilingus sangriento’. Ellos quieren una nueva versión de la película, sin embargo el director, no”.
Con ambos poderes en pugna, la cinta protagonizada por la cubana-española Ana de Armas, a quién actualmente vemos como chica Bond en Sin tiempo para morir, está basada en la grandiosa novela de Joyce Carol Oates y que en 700 páginas cuenta detalles sorprendentes sobre la vida privada de uno de los íconos más importantes del cine y de la cultura popular. Una ficción que se toma enormes licencias donde aborda a la mujer y al mito. El libro se publicó en 2000 y en español se editó bajo el sello Alfaguara, y en sus páginas intenta comprender la psicología del personaje pero que también dedica a contar su affair con el presidente Kennedy, sus matrimonios con la estrella de baseball Joe DiMaggio y con el dramaturgo Arthur Miller, e incluso aborda el supuesto de que Monroe haya sido asesinada. La escritora ha visto la versión de Dominik y a través de su cuenta de Twitter le ha dedicado elogios: “es sorprendente, brillante, muy inquietante y -quizás lo más sorprendente- una interpretación totalmente “feminista”… no estoy segura de que ningún director masculino haya logrado algo así”, expresó.
Con Andrew Dominik siendo fiel a la novela, los argumentos que se han presentado desde Netflix solo demuestran algo que varias voces le critican a la compañía de streaming: que está privilegiando blanquear y estandarizar sus contenidos en pos de una mirada más familiar. Es de esperar que no aniquilen las imágenes de Blonde, de la misma manera que Norma Jean fue consumida por su personaje público.