Graham “Crackers” Craker, quien fuera guardaespaldas de los príncipes William y Harry, ha fallecido a los 77 años. Craker fue una figura clave en la seguridad de la familia real británica, especialmente en los momentos más delicados de su historia.
Craker trabajó durante más de 15 años como miembro de la unidad de protección real, tras una carrera de 35 años en la Policía Metropolitana del Reino Unido. Fue en ese rol donde acompañó a los príncipes William y Harry tras la muerte de su madre, la princesa Diana, en un trágico accidente en 1997.
En su autobiografía Spare, el príncipe Harry recordó con cariño a Craker. Y destacó su discreción y profesionalismo: “El conductor tenía que detenerse constantemente para que el guardaespaldas pudiera bajar y quitar las flores del parabrisas. El guardaespaldas era Graham. A Willy y a mí nos caía muy bien. Siempre lo llamábamos Crackers. Nos parecía graciosísimo“.
El exguardaespaldas de la realeza también estuvo presente durante el funeral de Diana en septiembre de 1997, caminando detrás del coche fúnebre que la llevaba desde el Palacio de St. James hasta la Abadía de Westminster. Posteriormente, viajó junto a la familia real en el coche fúnebre que trasladó el cuerpo de la princesa Diana a Althorp House, donde ella descansaría.
A lo largo de su carrera, Craker recibió el reconocimiento de la reina Isabel II, quien lo nombró miembro de la Real Orden Victoriana por su dedicación al servicio de la familia real.
En sus últimos años, Craker se dedicó al voluntariado en organizaciones locales, como el centro artístico Southern Maltings en su ciudad natal de Ware, East Hertfordshire.
La Policía Metropolitana emitió un comunicado en el que expresaba su pesar por la pérdida de Craker, destacando su dedicación al servicio público. “Representaba lo mejor de todos nosotros, y su dedicación reflejaba el deber público que asumimos como oficiales de policía”.
El legado de Graham Craker, que fue una figura clave durante algunos de los momentos más difíciles de la realeza británica. Y ahora, figura permanece en la memoria de la familia real y de todos aquellos que trabajaron junto a él.