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Georgetown es uno de los barrios más plácidos de la ciudad de Washington. Cualquier turista que pasara por ahí jamás se imaginaría que ahí se rodó la película más terrorífica de la historia del cine: El Exorcista.
A pocos días de Halloween, se conmemoran coincidentemente 50 años desde su estreno. Y aunque hace 23 años, para su reestreno, el efecto para la audiencia no fue el mismo que en los años 70: los espectadores se reían de los efectos de la posesión demoniaca de Regan, la niña protagonista encarnada por Linda Blair, nadie puede negar que se trata de una película icónica y un clásico del género del terror.
En archivos de prensa de la época se cuenta que hubo espectadores que sufrieron infartos en las salas. Una historia inspirada en el caso real de Roland Doe, un joven de Maryland al que habían realizado un exorcismo en 1949. En la búsqueda de un director se pensó en Stanley Kubrick, pero el elegido fue William Friedkin, quien ya había sido popular con la cinta Contacto en Francia. Para el papel del Padre Karras, fue Jack Nicholson el que estuvo a punto de encarnarlo, pero se decidió por Jason Miller.
Por su parte, Linda Blair sería la niña poseída, Ellen Burstyn su sufrida madre y Max Von Sydow, sería el padre Merrin. Y acá siguen las particularidades, porque un rodaje que debía durar tres meses terminó durando siete. Y en ese tiempo hubo de todo: lesiones físicas de Blair y Burstyn, un incendio en el set de filmación y hasta un sacerdote tuvo que ir a bendecir el lugar del rodaje para evitar más accidentes. Para sumarle más mitología a este cuento, se dice que su director William Friedkin que hizo comer puré de legumbres a Linda Blair para que su vómito se viera completamente real. Y mejor no hablar de las horas que la hizo actuar dentro de una cámara frigorífica: quería que el frío fuese verosímil en la gran pantalla.
El éxito de público y las reacciones de la gente al verla fueron tal que tuvieron que disponer de varios servicios médicos en la puerta de muchas salas. Jugada publicitaria del estudio o no, lo cierto es que El Exorcista fue tema de discusión en el mismísimo Vaticano. Y las conversaciones en las casas y en las fiestas de amigos eran sobre exorcismos, o de los libros que se empezaron a leer sobre el tema.
Para Linda Blair, que en aquel entonces era una adolescente de 14 años, la historia tampoco fue muy agradable. La actriz recibió amenazas de muerte de varios fanáticos religiosos y Warner Bros le contrató vigilancia exclusiva durante seis meses. Pese a todo, Blair participó en la secuela que se hizo en 1977, y por cierto, se convirtió hasta el día de hoy en un ícono pop digno de imitaciones, memes y disfraces de Halloween. Una película que hoy puede causar divertimiento, pero que en aquella época marcó la vida de sus protagonistas y de todo el mundo que la vio.
