Durante las primeras semanas del estallido social, en una de las tantas fotos que se viralizó en redes sociales se leía el siguiente mensaje: “En los setenta, el 97% de nuestro vestuario era hecho en Chile. En la actualidad esa esa cifra no supera el 7 por ciento. Nuestras costureras, el diseño de autor, lo hecho a mano y sin explotar, esta también es su lucha”. 

Esa imagen fue el puntapié de la campaña #ModaHechaenChile de las marcas Efesis y Cacao, que en apenas unos días superó las 20 mil visualizaciones. 

Precisamente cuando el retail local se llamó a silencio, Daniel Cassorla y su equipo tomaron el camino contrario. ¿Por qué? “Queremos destacar el valor del trabajo nacional, de la calidad. Creemos que no puede dar lo mismo de dónde vienen las prendas que están en tu closet. Existe un estallido social que exige valorar el trabajo, y la dignidad de quien prepara tu ropa va en esa línea…  Hasta el 18 de octubre a la gente tal vez le daba lo mismo de dónde provenían las cosas y en que condiciones se hacían. Pero hoy ya no. Nosotros tenemos esta misma visión desde hace 35 años y creímos que este era un momento lo suficientemente importante como para contar nuestra historia”, dice el gerente comercial, mientras recorre la fábrica. 

El video, de apenas un minuto de duración, pone el foco en las 400 familias que están detrás de cada polera, jeans o vestido que se fabrica en la compañía y que, de alguna manera, nos recuerda a la exitosa campaña “Who made my clothes”, que se popularizó en distintos países del mundo precisamente para combatir el fast fashion.