Cuando Brigitte mira a Emmanuel, ve a un prodigio, a un genio. Cuando Emmanuel mira a Brigitte, en sus ojos se ve un brillo especial. “Tienes la impresión de que en ese momento está descubriendo en ella una mezcla entre Brigitte Bardot y Golda Meir”, dice la escritora francesa Gaël Tchakaloff en referencia a la legendaria actriz y a la icónica primera ministra israelí, ambos emblemas de belleza y poder. “Ella le fascina. Me encantaría que un hombre me mirase igual”, cuenta esta escritora que conoce bien a los Macron, sobre todo a ella a quien considera una amiga; con él la relación no es tan íntima. Los conoce desde antes que se mudaran al Palacio Elíseo en 2017 y que seguirán habitando por cinco años más, luego que la voluntad soberana de los franceses hablara este domingo, dándole un 58% del apoyo al presidente en ejercicio para que continúe en el poder durante el próximo periodo.
Entre 2020 y 2021, la escritora pasó horas y horas en el “Castillo”, como se le conoce a la sede presidencial, ubicada en el centro de París. Ahí convivió con la primera dama y siguió en sus actos públicos al jefe del Estado. Disfrutó de un acceso a las bambalinas poco habitual. Observó y tomó notas. De esos apuntes lanzó el libro Mientras estemos juntos los dos, un retrato impresionista y amable de los Macron, sin revelaciones ni noticias incómodas, pero con apuntes y pinceladas que permiten entender algo más de una pareja que fascina y desconcierta.
Hay algo en el libro de Tchakaloff de las crónicas de la corte de Versalles y el Rey Sol en un país que nunca ha dejado de tener un fondo monárquico y que ha hecho de su presidente un rey electo y sin corona, omnipotente y, según se desprende de estas páginas, frágil también. “Todo irá bien mientras estemos juntos los dos”, le dice hacia el final del libro Brigitte Macron a la autora. La frase, que da título al libro, parece sacada de una canción romántica, pero revela algo de la mentalidad de la pareja desde que se conoció. La historia es conocida. Él tenía 16 años y era un estudiante modelo en la Providence, la escuela de los jesuitas de la provinciana ciudad de Amiens, en el norte de Francia; mientras que ella, hija de una familia burguesa, era su profesora de teatro, tenía 40 años y estaba casada con un banquero con el que tenía tres hijos (hoy el presidente tiene 43; su esposa, 68). Como en toda buena novela del siglo XIX ambos lucharon contra la oposición de sus respectivas familias y las convenciones sociales, se marcharon de Amiens con dirección a París, superaron rumores y ahí siguen, liderando un nuevo proceso para los franceses.
Brigitte lo resume en el libro: “Tuvimos mucha suerte de cruzarnos, nuestra fusión se realizó desde el primer día, como si fuese una evidencia. La gente no lo entiende, porque la sociedad es individualista, pero la pareja no rompe la individualidad: la refuerza, la respeta”. Y añade: “Parejas con nuestra historia, con nuestra trayectoria, con todo lo que hemos pasado… Sí, quizá no hay muchas”.
La autora de este libro confiesa que “hay una conexión magnética entre ellos”. Hay en esto algo religioso que encaja con la idea de un presidente que, según la autora, “está enamorado, más que del poder, de lo sagrado”. Lo sagrado es también lo literario: a veces parece que Macron vea su vida como una novela decimonónica y a sí mismo y a su esposa como a un héroe y una heroína de novela romántica. “Él no está verdaderamente hecho para la política, es un amante de la literatura, su ambición era artística, desde la infancia”, cuenta una persona de Amiens que conoció bien al presidente a la autora de esta suerte de perfil biográfico de la pareja presidencial francesa.
Una de las novedades que aporta el libro es el testimonio de Françoise Noguès, madre de Emmanuel Macron. Hasta ahora había permanecido en la sombra, como el padre. Y Noguès corrobora esta idea sobre la vocación auténtica de su hijo, porque la política, según ella, es “un paréntesis”. “Estoy convencida de que se lanzará a la escritura, que cambiará de ruta”. Brigitte Macron, que además de profesora de teatro impartía Literatura Francesa, también cree en el destino literario de su marido. Hay quien sostiene que, en realidad, la imagen de Macron como literato o filósofo es una construcción que no responde a la realidad, una tesis que rebate una de las fuentes anónimas entrevistadas en el libro: “Aunque es muy inteligente, no es un intelectual. No es muy culto, tiene una cultura popular”.
Su obra escrita, por ahora, se resume en el libro programático Revolución, publicado durante su primera campaña electoral. También se conoce la existencia de un texto de adolescencia titulado Babilonia, Babilonia donde “contaba de una manera un poco desubicada la aventura de Hernán Cortés”, según el mismo Presidente de Francia dijo en su momento. “Incluso antes de que él fuese candidato a la presidencia, yo ya oía con frecuencia a Brigitte hablando de los manuscritos”, dijo la autora de este revelador libro en una entrevista a propósito del lanzamiento del texto. “Y la semana pasada fui al Elíseo para almorzar con Brigitte y seguía hablando de los manuscritos de Emmanuel. Creo que son novelas y al parecer hay tres o cuatro”.