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Aunque solo sea por motivos económicos, la industria de la moda y la belleza está empezando a ensalzar el valor de la edad con mujeres y hombres mayores de 50 años e incluso más. No obstante, hay un aspecto de la madurez femenina que sigue en penumbra. De la menopausia no se habla (o se habla muy poco). Aparece un nuevo mechón de canas, luego los bochornos y la piel se reseca. En definitiva, señales de pérdida de juventud, algo penalizado en el mundo de las celebridades. Por eso es que algunas de ellas no sólo han decidido mostrar canas, sino que se han abierto a hablar sin tapujos de su climaterio.
La última de ellas es Naomi Watts, que hace poco reveló que tuvo una menopausia prematura, a los 36 años, que le hizo sentirse “estigmatizada”. La actriz ha hecho llamados para que las mujeres pierdan la vergüenza a la hora de hablar de este tema y se ayuden las unas a las otras. Y ha lanzado su propia línea de belleza y bienestar para mujeres menopáusicas llamada Stripes, donde ofrece “soluciones holísticas respaldadas por la ciencia” que incluyen productos para el cuidado de la piel y del cabello, suplementos y bienestar vaginal. Además, su web también ofrece “menoguías” con artículos sobre cómo abordar el climaterio y una revista titulada Adultos.
La actriz Gillian Anderson también ha tenido menopausia precoz. Y además de lucir con orgullo sus canas, reclama que se acaben los tabúes: “Admitir, libremente, que esto está pasado. Para que no sintamos que nos estamos volviendo locas o solas en cualquiera de los síntomas que tenemos”. Durante el pasado septiembre, la actriz Courteney Cox prefirió reírse del tema parodiando un comercial de 1985 para romper el estereotipo de menopáusica irritable y chillona. “Déjame decírtelo directamente”, decía en su Instagram: “La menopausia te comerá viva”. La actriz, que fue la primera mujer que usó la palabra periodo en una comercial de tampones en 1985, parodia a su yo más joven reemplazando la “condena” de la regla por la de la menopausia.
La emblemática actriz inglesa Emma Thompson, a quien le conocemos su afilado sentido del humor, habló del tema ya en 2014 cuando le tocó recibir un premio en una de las noches más frías del año dando las gracias a la menopausia por los bochornos que la ayudaban a combatir el frío. Whoopi Goldberg también optó por el humor en una actuación: “¿Cómo es posible que un hombre pueda tener una erección durante 19 horas, pero nosotras no podemos evitar los bochornos?”. Por su parte, Salma Hayek tuvo que hablar sobre los cambios en su cuerpo derivados de la menopausia para salir al paso de las acusaciones de que se había operado para aumentarse el pecho.
Hasta Michelle Obama confesado en su podcast una experiencia durante su época en la Casa Blanca. “Recuerdo un bochorno dentro del helicóptero presidencial. Estaba vestida, necesitaba salir, ir a un acto y, literalmente, fue como si alguien colocara una olla en el centro de mi cuerpo y la pusiera al máximo, y después todo empezó a derretirse. Pensé: Es una locura, no puedo, no puedo hacer esto”. La ex primera dama ya había tenido bochornos durante los 30 años por los tratamientos hormonales de fertilidad a los que se sometió, pero cuando llegó la menopausia se hicieron más intensos.
Pero si la menopausia ocupa un espacio mínimo en la conversación pública, la de la perimenopausia, entre los 40 y 50 años, en que las mujeres comienzan a experimentar algunos de los cambios, su relevancia en la difusión pública es aún menor. En el 2019, Gwyneth Paltrow confesaba que su “irritabilidad” estaba por las nubes, Penélope Cruz le respondió: “Es como una montaña rusa tan intensa que solo quieres bajar un poco el volumen para poder tener paz. Pero creo que es así para todas, ¿no?”.
