Este viernes la agenda británica tenía como punto de encuentro la misa de gracias por los 70 años de la reina Isabel II en el trono. Si bien su Majestad se ausentó debido al ajetreado día de ayer, hasta la catedral de San Pedro llegaron sus hijos y nietos.
Aún cuando la reina ha pedido que todo sea “sin dramas”, quiera o no lo quiera, la visita de Harry y Meghan al Reino Unido se ha convertido en la reunión familiar más esperada. Hace más de dos años que los duques de Sussex no pisaban tierras británicas en modo familiar completo, y ahora han viajado con Archie, Lilibet y la madre de Meghan, Doria Ragland.
Los dos grandes ausentes, sin embargo, el príncipe Andrés debido al Covid-19, y la propia reina, quien a sus 96 años aseguró haber “sentido un malestar” al estar mucho de pie el día jueves.
Si bien ayer vimos a los duques de Sussex tras bambalinas durante el desfile Trooping the colour, hoy han caminado a la vista del público entre aplausos y abucheos. Ambos llegaron muy elegantes y con una sonrisa contundente pero a la vez tensa.
Harry, de 37 años, llegó vestido de chaqué y corbata en tonos grises, luciendo todas sus condecoraciones. Mientras que la ex actriz, de 40 años, vistió un elegante un abrigo de solapas blanco hueso y un tocado gris perla. Un color que, según los medios británicos, interpretaron como un intento de mostrar inocencia.
Esta es su primera aparición pública oficial en el Reino Unido desde el Megxit y su primer compromiso real en dos años. Pero el recibimiento ha sido agridulce, ya que han recibido aplausos y abucheos por igual a su entrada a la catedral.
En imágenes que se pudieron observar en el interior de la catedral, se evidenció cómo Harry y Meghan están en un segundo plano, sentados en la segunda fila y en el lado contrario al príncipe de Gales y Camila, quienes están sentados junto a los duques de Cambridge. Todos quienes, por protocolo, fueron los últimos en llegar, ya que lo hacen por orden de sucesión.
Si bien, los Sussex se hospedan en Frogmore Cottage y no se les permitió subir al balcón para hacer la típica foto de familia en el palacio de Buckingham, después del almuerzo del desfile, la reina Isabel II conoció a su bisnieta, Lilibet, quien cumple su primer año de vida el 4 de junio. Festejo al que planea asistir, dejando de lado su agenda oficial y los caballos que tanto le gustan.