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Uno de los dos médicos acusados por la muerte de Matthew Perry hizo su primera aparición en un tribunal federal en Los Ángeles, después de llegar a un acuerdo para declararse culpable y cooperar con los fiscales.
El pasado viernes, el Dr. Mark Chavez, alcanzó un acuerdo con los fiscales a principios de este mes para declararse culpable de conspiración para distribuir el anestésico quirúrgico ketamina, según The Guardian.
El medio aseguró que se trata de la tercera persona que se declara culpable tras la sobredosis fatal del actor de Friends el año pasado. Chavez, habría aceptado cooperar con los fiscales mientras estos persiguen a otros involucrados.
También están colaborando, el asistente de Perry, quien admitió haber ayudado al actor a obtener e inyectarse ketamina, y un conocido del actor que admitió haber actuado como mensajero e intermediario de drogas.
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Según el medio, los tres están ayudando a los fiscales mientras se enfocan en sus principales objetivos. El Dr. Salvador Plasencia es uno de ellos, acusado de vender ilegalmente ketamina a Perry en el mes previo a su muerte.
A él, se suma Jasveen Sangha, una mujer que, según las autoridades, es una distribuidora que vendió al actor la dosis letal de ketamina. Ambos se han declarado no culpables y están a la espera de juicio.
La jueza Jean P. Rosenbluth le informó a Chávez en la audiencia que podría permanecer en libertad bajo fianza con varias restricciones, incluyendo la entrega de su pasaporte y la prohibición de ejercer como médico.
“Está increíblemente arrepentido”, aseguró su abogado, Matthew Binninger. “Está tratando de hacer todo lo posible para corregir el error que ocurrió aquí. No aceptó la responsabilidad hoy solo porque no estaba en el calendario.”
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Binninger agregó: “Está haciendo todo lo posible para cooperar y ayudar en esta situación”. El abogado también señaló que Perry era “universalmente querido, y es una pena lo que sucedió”.
Chavez admitió en su acuerdo de culpabilidad que obtuvo ketamina de su antigua clínica y de un distribuidor mayorista donde presentó una receta fraudulenta. Después de declararse culpable, podría enfrentar hasta 10 años de prisión cuando sea sentenciado.
