En medio de la incertidumbre generada por la pandemia, la plataforma Arteurbano –integrada por las gestoras culturales Francisca Izquierdo, Ximena Sarquis y Claudia Vender– convocó a pintores, ilustradores, diseñadores, fotógrafos y jóvenes para que intervinieran artísticamente unos de los elementos que más nos acompañan –y protegen– en estos días; las mascarillas.
Así nació el proyecto Mascarillas Pintadas, que hoy se exhibe en la cuenta Instagram @arteurbano.chile. “La creatividad es lo que salva un contexto como el que estamos viviendo, por eso hay que incentivarla. Estamos seguras de que hay que acercar el arte a to- das las personas, y mostrar su capacidad de expresar mundos interiores”, comenta Ximena Sarquis.
“Una mascarilla simboliza un escudo de protección frente a la pandemia, que hoy es el enemigo que nos ataca. Al mismo tiempo es un elemento que, al usarlo, nos iguala, evidenciando un estado universal con el que todos nos identificamos. Por otra parte, permite que nos expresemos en nuestra particularidad, reflejando las emociones propias frente a la pandemia y comunicándolas a los demás”, agrega Francisca Izquierdo.
En Mascarillas Pintadas, los creadores han vivido un proceso que, por lo general, parte por un cuestiona- miento interior acerca de qué se siente y cuáles son las emociones negativas y positivas que provoca la actual realidad cotidiana; luego definen cuáles son los descubrimientos interiores que quieren expresar; y finalmente deciden con qué materiales hacer sus mascarillas. Es así como se va construyendo un relato compartido que culmina en Instagram.
“Las mascarillas nos han sorprendido mucho, ya que son muy diversas. Pinturas realistas o abstractas, borda- dos, papeles, impresiones fotográficas e incluso materiales encontrados durante la cuarentena –como clavos, hilos u hojas de árboles– son algunos de los elementos y técnicas utilizados”, cuenta Claudia Vender.
Arteurbano nació en 2001 y, en sus casi 20 años de vida, ha desarrollado múltiples exposiciones y ventas de arte. También ha generado alianzas entre artistas consagrados y emergentes, y, durante siete años, junto a Audi, abrió un espacio dedicado al diseño de autos, al arte y la cultura en general.
Además, hace cuatro años, justo cuando quisieron poner su trabajo de gestión cultural al servicio de la comunidad, la Fundación Colunga –que promueve una sociedad más justa con especial atención en niños, niñas y adolescentes–, los invitó a transformar un pequeño espacio que hay en su “Hub Social” – donde además se encuentran las oficinas de otras fundaciones–. Así nació la sala de exposiciones Cable al Arte, en Avenida Bustamante 26. Hasta antes de la Covid-19 ahí se exhibían muestras con trasfondos sociales.
¿Irán a llegar estas imágenes a Cable al Arte? Es muy probable que eso ocurra cuando nos hayamos despedido de los confinamientos. “Quizás, con estas obras se puede armar una contundente narración del estado emocional de las personas y de las circunstancias que estamos viviendo por la pandemia actual”, concluyen Francisca, Ximena y Claudia.