Si hasta hace un tiempo mirábamos con escepticismo los cargados looks glam con los que artistas como Grace Jones, Whitney Houston, y claro, la icónica Madonna, se subían al escenario en sus años dorados, lo cierto es que ahora se convierten en auténticas referentes de las tendencias de belleza.
Quizás son los ciclos de la moda, o fue el encierro de la pandemia lo que gatilló esta liberación cargada hacia el exceso. O tal vez en el fondo (y silenciosamente) a muchas nos atrae eso de que “más siempre es más”. Como sea, la estética sobrecargada de los años 80 y primera mitad de los 90 ha vuelto dispuesta a ser mucho más que un revival fugaz, para taparle la boca a todos quienes la calificaron de “too much”.
AUDACIA EN EL ROSTRO
El glamour adopta un nuevo significado con una tendencia de make-up que invita a apostar el todo por el todo, a perderle el miedo a jugar con tonos encendidos y metalizados, para crear maquillajes audaces y transgresores. Desde la vereda opuesta del minimalismo y del efecto ‘cara lavada’, este rescate celebra al maquillaje como un elemento de expresión personal que cobra especial relevancia en un año marcado por la pandemia y las cuarentenas.
En la mirada predominan los tonos intensos aplicados con profundidad y acabados nacarados, además de la irrupción de los metalizados y glitters, ya no solo para ocasiones especiales. Los delineados intensifican su grosor y destronan al eterno negro para darle la bienvenida a tonos improbables como el azul, amarillo y morado, en versiones monocromáticas o combinando varios colores. Los pómulos también adquieren importancia, bien perfilados en tonos como el fucsia y el coral, porque claro, no olvidemos que antes que el elaborado contouring estuvo el infaltable “colorete”.
“Lo que me gusta de este revival es que lo he visto mucho en el día a día, no solo como una tendencia para la noche o para un evento especial. Por ejemplo, el glitter antes solo se llevaba en situaciones muy puntuales, casi como un disfraz, pero hoy se usa para ocasiones mucho más cotidianas y me encanta, porque siento que da una luz súper especial y muy necesaria postpandemia. Es una forma de decir ‘estoy acá ¡y voy a brillar no importa qué!’. Un poderoso instrumento de expresión”, describe la maquilladora Berni Silva.
Pero eso no es todo. Porque si bien después de un largo período el uso de la mascarilla puso obligadamente el foco absoluto en la mirada, a medida que las restricciones se van relajando, los labios comienzan a reclamar el protagonismo
perdido. Esta temporada vuelven a teñirse a todo color, con la intensidad de los rojos y fucsias, en versión mate o satinada. Además, con un evidente guiño noventero, regresan también los labios ombré, ese maquillaje degradado en el que se funden dos colores simulando un efecto sombreado. No se trata de una copia literal, sino de una nueva versión en tonos ocres y marrones y acabados con un toque de gloss.
“El uso de la mascarilla nos hizo esconder por mucho tiempo la boca y me encanta que ahora podamos volver a resaltar los labios, no solo con el color sino también en su forma. Un detalle que muy noventero que está de vuelta es delinear los labios y borrar el arco de cupido. Lo encuentro muy lindo y diferente”, agrega Berni.
LAS MELENAS SE LIBERAN
El popular modo curly –la liberación de los rizos para lucirlos naturales y frondosos– lidera el regreso del volumen como ganador absoluto en tendencias de pelo. ¿La única misión? Sublimar la forma propia de la melena y potenciarla al máximo, sobre la premisa de celebrar el cabello natural, sin importar el largo o su forma. En esta misma línea llegan también los accesorios XL para el pelo, un clásico de las décadas de los 80 y 90, como rosetones de terciopelo, diademas y el mítico scrunchie (ese colette cubierto de tela, generalmente de organza, que todas tuvimos).
“La pandemia, al obligarnos a estar frente a una cámara para teletrabajar o comunicarnos, hizo que muchas personas se reconciliaran con su imagen, perdieran la vergüenza, y se atrevieran descubrir y a jugar con su pelo, acomodándoselo ellas mismas de distintas formas al no tener a su peluquero. Hubo un regreso a lo natural, al origen del pelo y a no ir en contra de ello”, explica el estilista Claudio Huircán (en Instagram @drpeloclaudiohuircan). Y agrega: “Hemos visto un claro regreso de la estética icónica de los 80: la melena con las puntas hacia adentro y el flequillo largo. También vuelve la textura más frizada y natural, el volumen. Incluso hay quienes están recurriendo nueva- mente a la clásica ‘base’ (ondas con químicos). En accesorios para el pelo irrumpen con fuerza elementos como rosetones bien exagerados y pinzas con aplicaciones”.
NUNCA DIGAS NUNCA
Moda y belleza son dos universos indisociables, así es que, por supuesto, el vestuario también ha hecho eco de este glamoroso revival. Y aunque muchas juramos que jamás volveríamos a las hombreras exageradas, enteritos aglobados, mangas abullonadas, cinturones faja de hebillas XL, rosetones de terciopelo y vestidos de lamé, basta con dar una mirada a las pasarelas internacionales, vitrinas y street-style para comenzar a romper ese juramento ¡si es que ya no lo has hecho!
Luego de casi dos años en los que deambulamos entre cuarentenas y restricciones, esta temporada, más que nunca, es hora de jugar a crear efectos sorprendentes con el maquillaje y el armario. Nos merecemos esta celebración por el exceso, a experimentar libremente con la estética glam y a sorprendernos una vez más con los ciclos de la moda y belleza, que nos hacen volver a enamorarnos, incluso de aquello de lo que alguna vez renegamos tanto.