Según un reciente estudio realizado a más de 4 mil mujeres en 13 países de distintos continentes a través de la aplicación Philips Pregnancy+ de Avent, el 81% de las mamás esperan que su pareja y/o los padres del lactante participen activamente en el proceso de lactancia, con el fin de facilitar la experiencia de alimentación del bebé e incentivar el cuidado compartido.
“Es fundamental que durante el puerperio las madres cuenten con apoyo para poder disfrutar del proceso de alimentar y crear lazos con sus bebés sin descuidarse a sí mismas, y sus necesidades como mujeres”, explica la matrona, experta en lactancia y asesora de Avent, María Sofía Castro. Sin embargo, según el mismo estudio, el 60% de las madres que amamantan declaran tener menos de una hora al día para sí mismas, lo que refleja la urgencia de un entorno que las apoye en estas tareas, enfatiza la profesional.
“El temor a lo desconocido y la soledad son algunos de los grandes desafíos que deben afrontar las madres en los primeros meses de crianza, por esta razón, las redes de apoyo son esenciales para brindar contención, acompañamiento y compartir el cuidado, permitiendo que las madres puedan también cuidar de sí mismas y disfrutar plenamente de esta etapa”, explica Castro.
La encuesta revela también que el 76% de las madres quieren obtener más información sobre cómo motivar a sus parejas y familiares a asumir un rol más activo en el proceso de lactancia. Esta necesidad, explica la asesora de Avent, se traduce en la urgencia de ayuda concreta, como compartir las responsabilidades de alimentación que permita fortalecer el vínculo entre padres e hijos desde los primeros momentos.
Para mejorar la experiencia y superar las dificultades, la especialista invita a los padres y/o parejas a asumir un rol más activo. “Para fomentar el cuidado compartido, es clave contar con herramientas que faciliten el proceso, como mamaderas que imitan el flujo de succión natural del bebé, extractores de leche para crear un banco propio y otros artículos pensados para aliviar el trabajo de ambos padres, como, por ejemplo, la línea Natural Response de Avent, que permite combinar el amamantamiento con el biberón, promoviendo la participación activa de padres y cuidadores en la alimentación del lactante”.
Una crianza compartida efectiva, explica Castro, implica también pequeños gestos de apoyo que contribuyen al bienestar de la madre, mejorando su relación con la maternidad. “Acciones como limpiar los biberones, cambiar pañales, dormir o alimentar al bebé brindan a las madres momentos de autocuidado, impactando positivamente en su calidad de vida. Así, padres, parejas y familiares participan en el desarrollo de un vínculo sólido entre madre e hijo mientras comparten el cuidado”, concluye.