Julio Jung Duvauchelle actúa por primera vez con su madre, María Elena Duvauchelle, en la comedia teatral “Mi madre, mi novia y yo”. Representan un vínculo familiar que, precisan, está lejos de la realidad. “Mi madre no es una vieja retrógrada”, dice él. Y ella agrega: “Yo adoro a mi nuera”.
Por Marietta Santi Fotografías Bárbara San Martín
Era un tema pendiente entre ambos. La actriz María Elena Duvauchelle (82) y su hijo, Julio Jung Duvauchelle (45), nunca habían pisado un escenario juntos.
Ella, figura de las tablas nacionales; él, actor tardío, luego de rebelarse ante el oficio de sus padres. Por años no encontraron el texto adecuado que los reuniera en escena:
“No se había dado la posibilidad. Había trabajado con su padre y yo estaba muy metida en el Teatro Ictus, con temporadas una tras otra, más las teleseries”, dice María Elena, mirando a los ojos a Julio, quien, durante dos años, integró el elenco de la teleserie “Verdades Ocultas” y encarnó a Felipe Camiroaga en el programa de Mega “Efecto Mariposa”.
Este, cuyas facciones recuerdan a su famoso padre, precisa: “En 2014 hice una obra de teatro con mi viejo, llamada ‘Yepeto’, y me quedó la espinita de trabajar con mi mamá. Siempre estuve buscando el texto para actuar con mi vieja, y no encontrábamos”. Hasta que apareció “Mi madre, mi novia y yo”, una comedia argentina –con dos años en cartelera y más de 120 mil espectadores– que muestra las penurias de un solterón que le presenta a su novia, separada y con un hijo, a su dominante madre la noche de Navidad. Ambos viajaron a verla a Buenos Aires y les encantó. Con los derechos en la mano, convocaron en la dirección a Christian Zúñiga (“El guionista del Presidente”) y a Yamila Reyna para que se pusiera en la piel de la novia.
La conversación se desarrolla en el departamento de María Elena, a pasos del Barrio Italia, en un living-comedor donde la mirada se distrae en numerosas pinturas del connotado Julio Escámez. Madre e hijo se complementan. Ella ofrece café, él lo prepara. Él le dice “señora”, cariñosamente; ella lo llama “chamo”, palabra usada para referirse a los niños en Venezuela, donde María Elena y Julio Jung padre estuvieron exiliados durante una década. Allí nació y pasó su primera infancia Julio Jr.
Ambos señalan que la relación madre-hijo de la obra es absolutamente diferente a la suya. “Mi madre no es una vieja retrógrada que anda persiguiendo a la polola. Yo me fui de la casa a los 19 años y ella estaba muy relajada”, precisa Julio.
María Elena: “La señora de la obra es enferma de machista. Al final dice: ‘Soy de una generación donde me enseñaron a ser madre y no me enseñaron a ser mujer. Tenía que estar al lado del marido y debía tener hijos. Entonces, si yo no soy madre, ¿qué es lo que soy?’. Ella vivió para su hijo y para el marido, y la comedia la muestra viuda y aferrada al hijo. ¡Queda la escoba cuando su niño le presenta una novia!
Julio: “Yo creo que todas las mujeres se identifican. La novia de este pelotudo es de las nuevas mujeres: madre soltera, habla de todes, de juntes y, obviamente, eso no le agrada a la señora. Porque ella podría entender que su hijo se fuera con una mujer, pero con una que no trabaje y quiera cuidar a sus nietos.
María Elena: “Ese tipo de hombre hoy en día está de moda; llegan a los 40 años y no se van de la casa, imagínate”.
Julio: “Mi personaje está lleno de rollos, lleno de trancas, gracias a sus padres. Ha sido un mamón toda la vida, tiene mucho miedo de irse de la casa y dejar a la mamita”.
–¿Y qué tipo de suegra es María Elena en la vida real?
María Elena: “A mi nuera la adoro”.
Julio: “A la anterior también”.
María Elena: “Sí, pero la Tatiana Riesle (pareja de Julio) es una tipa con una volada rica. No es actriz; es ingeniero comercial y tiene mucho sentido del humor”.
Julio: “Se dicen ‘mi suegra favorita’ y ‘mi nuera favorita’. Pero después de mi primera separación, ¿tú seguiste teniendo contacto con mi ex? (mirando a María Elena).
María Elena: “¡Pero lógico!”.
Julio: “No te lo estoy cobrando; lo encuentro bacán. Efectivamente, mi ex cortó conmigo y siguió viendo a la vieja”.
“MALDICIÓN FAMILIAR”
Sentados, uno al lado del otro, María Elena Duvauchelle –quien por estos días graba la nueva teleserie nocturna de Mega– y Julio Jung Duvauchelle hablan de su relación laboral. Se les nota entusiasmados con la nueva experiencia y no ahorran piropos para referirse el uno al otro.
–¿La idea de compartir escena los inquietaba?
Julio: “Es un tremendo desafío; aparte de ser mi madre, es uno de los referentes dentro de esta humilde carrera que estoy haciendo”.
María Elena: “Era un desafío para los dos”.
Julio: “Sí, pero madre, tú vienes de vuelta”.
María Elena: “No, es que una no se las sabe todas, Julio. Tenemos métodos distintos. Son distintas maneras de apearse, como digo yo, y hay que hacer funcionar eso. Y si lo logramos, hay mucho aporte del director, Christian Zúñiga”.
Julio la mira fijamente y agrega:
“Admiro completamente a mi mamá, porque la veo arriba del escenario con 82 años, derrochando energía. Nosotros teníamos ensayos de la obra; mi madre se iba a función al Ictus, y después me la encontraba en un carrete. ¡Yo me iba a las once de la noche, y la señora venía llegando!” (risas de ambos).
Él destaca que, pese a su larga y reconocida trayectoria, María Elena mantiene la humildad. “Zúñiga conocía perfectamente a mi mamá, pero ella no lo conocía y lo respetó absolutamente. No le discute nada al director; la señora va por la propuesta y confía. He visto a colegas de mi generación que no hacen lo que se les pide… Ha sido un gran orgullo trabajar con ella”, destaca.
–Imagino que las críticas entre ustedes en los ensayos eran inevitables.
María Elena: “Si yo tenía una observación, se lo decía con mucho cuidado cuando veníamos a casa. No en el teatro, delante de todo el mundo. Eso no lo haré jamás, con nadie. Él también me hacía sus comentarios, algo así como ‘mamá, hay una escena en que te estás farreando la coma, el punto’. Había un intercambio. Y eso va a seguir siendo, porque uno tiene que ser exigente. Compartimos la disciplina”.
Julio: “Tengo menos años de carrera, y he visto mucha indisciplina. Bastante más relajo. Yo, al igual que mi mamá, puedo llegar dos horas antes de la función. Nunca menos de hora y media, para repasar y hacer training vocal. Mi papá, en cambio, llegaba 20 minutos antes y salía a tomar un café con el público”.
Pese a estar siempre vinculado al teatro por sus padres, el actor se rebeló ante la idea de continuar en su misma senda. Estudió un año cine en Chile y luego siguió en Barcelona. A su regreso, cambió de rumbo e ingresó a la escuela de Fernando González.
Obviamente, en su camino se ha hecho sentir el ser “hijo de”. En el colegio le preguntaban si “efectivamente era hijo de Julio Jung”, y cuando estudiaba teatro, la consulta era qué nombre artístico se pondría. “Decidí que me iba a llamar igual. Ojalá me puedan poner los dos apellidos, porque estoy orgulloso de ellos y quiero que sigan sonando. ¡Para bien o para mal!”, dice.
El apellido Jung continúa con Matilda, la hija de Julio y Tatiana, que cumplirá 9 años en noviembre. María Elena cuenta que la niña tiene “una sensibilidad impresionante para la edad que tiene” y advierte que es imaginable que siga la tradición familiar. “La maldición familiar”, apunta Julio, y agrega entre risas: “Estamos corriendo riesgo”.
“¡Ay, Julio!”, dice María Elena mirándolo. “Señora… son bromas. Si quiere continuar en este camino, la apoyaremos, como ustedes me apoyaron a mí”, dice él.
Madre e hijo se miran tiernamente cuando paran de reír.
La comedia “Mi madre, mi novia y yo” estará en temporada en el Mori Parque Arauco hasta el 20 de diciembre, jueves, viernes y sábado. Más info en teatromori.com.