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Preocuparnos por nuestra salud, por ejemplo practicando yoga, es importante, pero tan importante como realizar actividad física y comer sano, es ayudar a nuestra salud financiera.
Para Lucrecia Salim, experta en economía y Founder en FinFit.cl, no hablar de plata hace daño. “Es sano para la mente, el cuerpo y para las relaciones, por ejemplo, de pareja, plantear los temas financieros. Además muchas veces caemos en la ignorancia al no transparentar las situaciones económicas, al no hablar de las deudas y de cómo a futuro se resolverá un crédito, por ejemplo”, comentó en la transmisión en vivo junto a Sole Onetto, en el contexto de nuestros lives Non Stop.
En este live especial, Lucrecia y Sole conversaron sobre la economía de la mujer, recalcando que los problemas económicos deben abordarse con la pareja para lograr una buena salud financiera. “Si bien es sano tener independencia financiera, los temas comunes se deben tocar. Por ejemplo los créditos hipotecarios, o las deudas de una tarjeta por un viaje o por compras para la casa. La idea es no generar una nube negra”.
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El impuesto rosa (pink tax) o impuesto de género (gender tax), se define como el sobreprecio de un producto o servicio sólo por estar dirigido a un público femenino a través de diseños que nacen de estereotipos de género.
Es decir, un producto con un valor agregado como el color, cuesta mucho más, pero existe otra versión sin este valor agregado que cumple la misma funcionalidad y cuesta la mitad. Un ejemplo de ellos son las máquinas de afeitar.
Pero este fenómeno no sólo ocurre en nuestro país. En 2015 el Departamento de Asuntos de Consumidores de Nueva York publicó el primer informe sobre este tema, en donde se comparaban las versiones femeninas y masculinas de distintos productos. El estudio concluyó que las mujeres pagan en promedio 7% más que los hombres por productos similares.
En 2018 y 2019, en Chile, el Servicio Nacional del Consumidor (Sernac) también realizó su estudio, y al comparar las diferencias de precios por categorías, el ítem ‘bolsos, mochilas y maletas’, fue uno con la diferencia más avisaste: Un bolso de color fucsia costaba $69.900 (en oferta) y en color negro estaba marcado a $16.990. Una diferencia del 311%.
¿Diferencia o discriminación?
Para Lucrecia el impuesto rosa forma parte de los detalles que debemos tener en cuenta al abordar nuestra economía, además es tarea de nosotras dejar de lado la identidad codificada que nos han impuesto.
Por último la especialista en economía recalcó: “Si te quita el sueño, es demasiado caro. Tu paz, tu tranquilidad no tiene precio”.
