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Ayer domingo, Federico X asumió como rey de Dinamarca, luego de la abdicación de su madre, Margarita II. Una vez firmada su renuncia, abandonó el castillo de Christiansborg, que a su vez es la sede del gobierno y del Parlamento, y el nuevo soberano salió al balcón para celebrar junto con su esposa María y cuatro hijos: Christian, Isabel, Josephine y Vincent.
La plaza frente al castillo estaba cubierta de espectadores quienes esperaron durante horas para ver al nuevo Rey. Y aunque el clima frío marcó la jornada en Copenhague, la ciudadanía y los fanáticos por la realeza, no quisieron perderse este momento histórico para Dinamarca.
Por su parte, la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, fue la encargada de proclamar a Federico X. El Rey y su esposa María se mostraron muy emocionados y demostraron con un beso el amor que sienten por el otro. El hijo de Margarita no pudo evitar las lágrimas, y acto seguido selló el momento con un efusivo beso a María quien lucía un traje absolutamente blanco.
Esta imagen impactó al público y es que se aleja de la actitud distante que los actuales monarcas habían evidenciado durante los últimos días, luego del escándalo que resultó de la supuesta infidelidad de Federico con la actriz mexicana Genoveva Casanova.
En sus primeras palabras como rey de Dinamarca, Federico X expresó la voluntad de unir a todo el país: “Mi madre ha sido, como pocos, una con su reino. Espero ser un rey unificador”. Y se refirió a Margarita II como “una monarca fuera de lo usual”, y por último detalló que necesitará del “apoyo de su amada esposa y familia”.
