Al bautizo de su hermano Archie solo asistieron 25 personas, entre ellos su abuelo Carlos y la Duquesa de Cornwall, Camilla; además de sus tíos, los duques de Cambridge. La reina no asistió por compromisos previos. Hoy, las cosas han cambiado en buena parte. A cuatro meses de su nacimiento, Lilibet aún no es bautizada y el dilema sigue estando enfocado en la corona. Veamos por qué.

No por nada la segunda hija de Harry y Meghan Markle lleva por nombre Lilibet Diana, como ya se ha dicho, un claro homenaje a su bisabuela y a su abuela, respectivamente. Para muchos, este gesto fue abiertamente una señal de reconciliación de los Duques de Sussex luego de la polvareda que levantó la entrevista que dieron a la conductora de televisión Oprah Winfrey donde, entre otras cosas, Meghan denunciaba haber sido víctima de discriminación racial dentro del Palacio Real.

Como parte de estos gestos reconciliatorios, es que Harry habría hecho llegar una oferta donde propone realizar un viaje a Inglaterra para que la bisabuela conozca a su bisnieta. Y aprovechar la ocasión para llevar a cabo una ceremonia de bautizo con la monarca presente. Según fuentes de tabloides como The Sun, The Mirror y el Daily Mail, la reacción en Buckingham no ha sido tan acogedora.

Y esto por varias razones: las heridas aun están abiertas, y porque pronto se espera la publicación de las memorias de Harry, donde profundiza en experiencias nada de gratas siendo parte de la familia Windsor. El lanzamiento de esta publicación coincidiría con las celebraciones del jubileo de la reina. Incluso hay quienes plantean que desde Buckingham tampoco tienen contemplado invitar a la pareja para las celebraciones de Navidad y que la propuesta de Harry no sería respondida por la reina. Ante este clima adverso, el plan B sería bautizar a Lilibet Diana en los Estados Unidos e intentar reestablecer los lazos familiares en una próxima oportunidad.

Y tampoco el ánimo entre los británicos ayuda en todo esto. Según las encuestas, Harry y Meghan son los miembros realeza peor evaluados. A eso se suma, la espera del príncipe Andrés de la citación a declarar en los Estados Unidos por el caso de Jeffrey Epstein en el que se ha visto directamente involucrado.