Revista Velvet | Los Bunkers y La Ley: Todo lo bueno vuelve
Música

Los Bunkers y La Ley: Todo lo bueno vuelve

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Los Bunkers y La Ley: Todo lo bueno vuelve

POR Carlos Loyola Lobo | 23 abril 2023

Dos de las bandas más importantes del rock chileno regresan para sorpresa de sus fans y fortuna de una industria musical que nunca dejó de extrañarlos. Acá te contamos cómo y por qué se reúnen las agrupaciones lideradas por Álvaro López y Beto Cuevas, respectivamente

El receso de los bunkers fue sorpresivo. la banda estaba en su peak, sus canciones no dejaban de sonar en las radios y eran el grupo nacional más convocante. Cuando anunciaron su pausa, ellos tomaron nuevos caminos, pero sus melodías nunca desaparecieron. En su cancionero hay algo para todos los momentos de la vida: desamor, baile, protesta. Un material que entrega sonidos para gozar y llorar. Durante el estallido social, algunas de sus letras afloraron en las calles; paredes y lienzos daban cuenta de la importancia de sus letras en el imaginario colectivo, además de ser una motivación extra para quienes salieron a manifestarse. Tanto así, que motivados por lo que estaba ocurriendo, tomaron los instrumentos y dieron dos memorables conciertos: uno en Santiago sobre un bus, con las protestas de fondo; y el otro, en los pastos de su natal Concepción. El repentino e inesperado reencuentro dejó la duda: ¿será esta la última vez que los veremos juntos o su regreso está más próximo de lo que creemos?

1 de mayo de 2022. La chispa se encendió con una foto en las redes sociales de Los Bunkers. El circuito musical tanto nacional como internacional explotó. Circularon rumores, preguntas y memes sobre cuál sería la bomba que se traía entre manos la banda penquista. El 2 de mayo de 2022 anunciaron su esperado regreso a los escenarios, el Estadio Santa Laura fue el lugar escogido por el quinteto para volver a enchufar las guitarras. La venta de entradas fue una locura. En un día se vendieron más de 16 mil tickets. La demanda fue tanta que agendaron otra fecha. Por fin era cierto: la última gran banda de rock chileno estaba de vuelta.

“El rock ha muerto, vivan Los Bunkers”, titulaba un comentarista de música muy conocido en la plaza, esto luego de los dos conciertos que la banda dio a tablero vuelto en el recinto deportivo ubicado en Independencia. La última gran banda de rock chileno, que ha sorprendido a todos con este intempestivo regreso, tuvo su corolario con sus tocatas en pleno estallido, luego con anuncio en las redes para, finalmente, conectar amplificadores en la mítica discotheque Blondie y terminar emocionando a miles de fanáticos con dos fechas en un estadio al aire libre. Tal hazaña no la hace cualquiera. Y la ruta continúa en México. En abril tienen, hasta ahora, 12 fechas confirmadas donde girarán por todo el país azteca, para volver en septiembre invitados al Festival Vive Latino, que ya es toda una tradición.

Sobre su éxito, Mauricio Durán tiene claro de dónde viene todo. “Se debe a las canciones. Siempre le hemos dado el crédito de nuestras cosas que hemos vivido en nuestra carrera. Nunca se lo hemos adjudicado a otra cosa”, afirma el guitarrista y productor. En esta nueva etapa se están tomando las cosas con calma, con menos ansias y disfrutando el momento.

“Los años o la madurez dan un mayor nivel de control a nuestras habilidades sobre las cosas que implican llevar adelante el grupo. Ese mayor control da esa tranquilidad necesaria, hay un disfrute mayor, uno está consciente de lo que está cantando, cosa que no ocurría antes. Todo era más en el torbellino de la juventud”, explica Álvaro López. Sus jornadas de ensayos y los preparativos para su regreso a los escenarios los vivieron acompañados de su núcleo cercano. Por su centro de operaciones pasan sus hijos y amigos. El manejo de la ansiedad y estrés que puede producir su vuelta a la carretera lo pasan aferrándose a lo que han construido durante los últimos años, así lo explica Mauricio Basualto: “Cada uno se aferra mucho a su círculo íntimo familiar. De hecho, es muy entretenido compartir con los hijos todo esto, ayuda mucho. Han estado muy presentes los niños. Siempre hay alguno dando vueltas en la casa. Ahí está el punto. Es como el soporte de toda esta cuestión. Si uno se pone a pensar mucho las cosas, termina complicándose, pero también la presión tiene más que ver con la bendición de que la música sea tan querida por la gente. Nunca hay que perder eso”.

Francisco Durán cuenta que lo que más extrañó en estos años fue la amistad de sus compañeros de banda. “Principalmente somos amigos. Nos conocemos mucho, la química en un grupo de trabajo y en una banda es muy delicada. Creo que no es tan fácil de conseguir, lo supimos desarrollar en su momento. Ahora también es bacán constatar que esa química, las ganas de tocar y la energía, sigue intacta. Tengo la impresión de que ahora hay más templanza en el grupo al momento de enfrentar esta nueva etapa”, cuenta.

Este regreso no sólo es para revivir viejas glorias. Fieles a ese apetito por llegar a nuevas audiencias, la banda prepara un plan para conquistar otras tierras. Por ejemplo, tienen fijado su debut en España, también adelantan que la meta es tocar en toda Latinoamérica, visitar lugares a los que no fueron y expandir la marca de Los Bunkers. “Creo que todos teníamos la sensación, incluso cuando dejamos de tocar, que todavía podíamos seguir creciendo. Lo raro es que la banda haya seguido haciéndolo sin haber estado tocando”, asegura Durán, quien también es autor del libro Canción para mañana. Memorias de Los Bunkers, editado en 2022.

UN ÚNICO SHOW EN EE.UU.

Una sorpresa bastante inesperada para todos fue el anuncio de una presentación única de La Ley con motivo del festival de música latina Bésame Mucho, que se celebrará en Los Ángeles, California, el próximo 2 de diciembre en el Dodger Stadium. El final, que fue comunicado por su líder, el vocalista Beto Cuevas en una publicación en la página de Facebook de la banda en 2016, fue lapidario y doloroso para sus seguidores. “Después de varias conversaciones y meses de gira, hoy se cierra el último capítulo de un libro llamado La Ley”, comenzaba diciendo. La separación de la banda más exitosa del rock chileno y con mayor proyección a nivel internacional hasta ese momento, dejó a todos helados y los protagonistas más cercanos a esta historia con un amargo sabor de boca.

La ruptura fue dramática y en duros términos. Sus integrantes casi no se hablaban durante los últimos meses. Se lanzaron dardos por la prensa después del anuncio y quedó en el aire la sensación de que algo se había roto para siempre. El distanciamiento natural y armónico que vivieron Los Bunkers, en el caso de La Ley tuvo ribetes más dramáticos y de trincheras, con bandos donde por un lado estaban el guitarrista Mauricio Clavería y el baterista Pedro Frugone, y adelante, en solitario, su frontman: Beto Cuevas.

En efecto fue Cuevas en una decisión unilateral, aunque con señales evidentes que lo confirmaban, quien decidió terminar con la agrupación. Según contaría Clavería en un video dos meses después de la ruptura: “Lo ocurrido con La Ley escapó de nuestras manos, después de tanto trabajar y con un futuro próspero. De alguna forma, todo esto se truncó por una decisión bastante unilateral. La verdad es que nos vimos muy perjudicados no solamente los integrantes de la banda, sino que también todo nuestro equipo humano, nuestros técnicos”.

Beto Cuevas no desmentiría del todo estas palabras. Las matizaría aduciendo a razones de bienestar personal, que ya no tenía sentido seguir en algo que era evidente que no estaba funcionando. Seguirían las acusaciones contra el cantante. Luciano Rojas, miembro original de la banda, diría en 2017 que de parte del vocalista hubo intentos de apropiación del trabajo de la banda y de egoísmo. Entre medio, el intento de Clavería, Frugone, Rojas y Coti Aboitiz, que también era parte de la formación inicial de la banda, en la creación de DÍACERO, un proyecto con el que pretendían continuar con el legado de La Ley, aunque reclutando a otro vocalista, Ignacio Redard.

Movimientos erráticos, recuerdos ingratos desde los integrantes de la banda, pero con una fanaticada siempre dispuesta a la nostalgia, nos traen hasta acá, a una presentación que según el círculo cercano es “una excepción” y que no hay opciones de otras fechas en países como Chile. Por ahora, verlos juntos solo se producirá en esta escala en la costa oeste norteamericana. Todo sea por los viejos buenos tiempos.

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