El príncipe William es el heredero al trono, pero más allá de la Corona, el hijo del rey ha recibido algo más que su puesto en la línea de sucesión. Carlos III es conocido por sus episodios de enfado exagerados y, al parecer, el primogénito sigue sus pasos.
Los ataque de ira del rey Carlos III han protagonizado más de algún titular, y los expertos en psicología van más allá de la edad, apuntando a un Trastorno Obsesivo Compulsivo. ¿Será genética entonces?
En la docuserie Harry & Meghan hay una escena, preparada o no, en la que Harry recibe un mensaje de su hermano. Dejando en evidencia su enfado. Además, revela en el programa para Netflix, que su hermano mayor le gritó cuando reveló que quería dejar su rol activo en la Familia Real.
Por su parte, Robert Lacey, colaborador de la serie The Crown, ha investigado la relación de los príncipes William y Harry en su libro Batalla de hermanos y ya había revelado que el ahora príncipe de Gales tiene problemas a la hora de controlarse.
Inés Bárcenas, psicóloga clínica y profesora en la Universidad Francisco de Vitoria en Madrid, señala al medio Mujer Hoy que esta actitud es el resultado de una violencia intrafamiliar repetida. Es decir, el hijo aprende de su padre el no poder lidiar con el sufrimiento. “No se le ha mostrado cómo tratar los traumas. Vive en represión, incapaz de hablar y comunicarse, como le ocurre a muchos británicos”. Por ende, esa sensación de colapso termina por sacar todas las emociones pero de forma explosiva.
Y si a esto se le suman el estrés y sus responsabilidades, como el hecho de ser el hermano mayor en el caso de William, el temperamento se agrava. Lacey explica que al príncipe de Gales le pareció todo muy precipitado en cuando a las desiciones que tomó su hermano con respecto a Meghan Markle. Y Harry le preguntó si su preocupación era por él o por “la firma”.
Y es que el nivel de desilusión familiar quizás es demasiado para William. Desde la separación de sus padres, a la muerte de su madre hasta la relación de su padre con Camilla, la reina consorte. Quizás lo único que nunca cambió, hasta ahora, era precisamente su hermano pequeño.
Volviendo a la relación de Carlos y Diana, los expertos en realeza aseguran que es algo que perturbaba a William. Y empeoró con la amante de su padre. Tras su primer encuentro en 1998, la actual reina consorte dijo estar agotada y no pudo evitar confesar a sus amigos la tensión. Fue después de 2005, luego de casarse. Y es que, al parecer, William tiene aún peor temperamento que su padre.
“Las disputas habían sido estremecedoras, con William gritando y Carlos sometiéndose dócilmente. En el reino de William, todo tenía que ser perfecto. Si su padre no lograba estar a la altura de la visión de su hijo, soltaba su rabia”, describió Lacey en el diario Daily Mail.
Pero William también se enfureció con su madre. Y ocurrió luego de la polémica entrevista que Lady Di dio al periodista de la BBC Martin Bashir en 1995, cuando dijo que eran tres en su relación.
Lacey define lo sucedido como “infierno desatado”. Y asegura que el hijo estaba fuera de sí porque la princesa de Gales había hablado mal de su padre. “Comenzó a gritar y a llorar, y cuando ella trató de abrazarlo, él la empujó”, recuerda. Y si bien al día siguiente se disculpó con su madre con un ramo de flores, “ella sintió que se había hecho un daño irreparable”, asegura el escritor.
Aunque no se hable de ellos, madre e hijo tenían una relación complicada. Y quedó ene evidencia en una conversación con un grupo de periodistas. La periodista Bel Mooney llevó a su hija, quien estuvo hablando con el heredero. “Papá no me avergüenza; mamá, sí”, le había dicho el adolescente.
Según el libro William At 40: The Making Of A Modern Monarch, escrito por el experto en monarquía de los Windsor, Robert Jobson, William tiene un temperamento feroz. “Puede estallar en cualquier momento, normalmente cuando está frustrado o cuando son problemas relacionados con su familia”, escribe.
Sin embargo, cuenta con algo a su favor. Kate Middleton es la “tranquilizadora” en su vida y quien tiene los pies en la tierra, según Jobson. Al parecer, aquel modo tranquilo de la princesa de Gales, no es más que su carácter, el cual combina a la perfección con William.