La invitación para el evento consistía en un taco de tarjetas postales diseñadas para la ocasión. Lugar, el Pont Neuf en París. Ubicado a pocos metros de la casa central de Louis Vuitton, que siempre ha costado tanto llegar. De hecho, para llegar al lugar los invitados tuvieron que navegar a través del Sena desde un embarcadero cercano al Museo de Orsay. El lugar elegido también es un gran mensaje a la ciudad, evoca al París barroco donde nació el lujo. Fue ahí donde Luis XIV, el llamado Rey Sol protegió y promovió los oficios artesanos ligados al vestuario y a la decoración.
En esta oportunidad, el productor de modas, músico, influencer y hoy Director Creativo de la casa de modas francesa Louis Vuitton para su línea masculina, vendría siendo el rey Sol de nuestros tiempos. Y es que su debut, que viene a ser el relevo del desaparecido Virgil Abloh, fue imponente y de gran envergadura.
El artista ha dicho que quiere rendir homenaje al legado de Abloh, en su búsqueda creativa y conceptual de la moda. Y visto los resultados, la prensa especializada ha dicho que la propuesta es un gesto de continuidad a la labor de Abloh. Dicho sea de paso, la casa de modas confirma su búsqueda en conseguir a un nombre que una música, tendencias, y celebridad se cumple a cabalidad con el perfil de Williams.
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Con la actuación de Jay-Z incluida, y sobre el pavimento del puente una alfombra dorada, desfilaron los y las modelos mostrando la paleta creativa de Pharrell. Pero la atención no estaba en la pasarela, sino en el público. Rihanna, Beyoncé y su marido Jay-Z, Jared Leto, la estrella de la NBA LeBron James, Lewis Hamilton, Naomi Campbell, Zendaya y Kim Kardashian se movieron hasta la capital francesa para apoyar a Pharrell, pero también como un gesto de reinvindicación cultural al legado de las comunidades afroamericanas en Estados Unidos.
Finalmente, y hablando un poco de lo que nos convoca: la moda, podríamos decir que la propuesta de Williams juega inteligentemente con los estampados clásicos de la casa de modas. El llamado “estampado Damier” invade todas las prendas y los accesorios. Tanto en colores llamativos, como rojo y amarillo, y en ocasiones haciendo un juego de pixeles que provoca algo muy refrescante en Louis Vuitton: que una marca del siglo XIX salude a la era digital, y siga con sus logos que le han dado un símbolo de status. Por si fuera poco, como guinda de la torta, una torta y el un coro gospel le terminó dando una emotividad particular a toda esta celebración glamorosa.
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