El cambio de estación puede tener un impacto significativo en el ánimo y el sueño de las personas. Con la llegada del otoño, los días se hacen más cortos, las temperaturas disminuyen y los colores del paisaje cambian; una suma de factores que pueden afectar la forma en que nos sentimos y dormimos.

La disminución de horas de luz natural puede provocar una baja en la producción de serotonina, una sustancia química en el cerebro que regula el estado de ánimo. Como resultado, algunas personas pueden sentirse más tristes o deprimidas durante los meses de otoño, y continuar así durante todo el invierno incluso.

El cambio de clima también puede afectar al sueño, y es que muchas personas pueden tener dificultades para ajustarse a las nuevas temperaturas, el cambio de hora y los niveles de luz. Para ayudar a contrarrestar estos efectos, es importante mantener una rutina regular de sueño y mantenerse activo durante el día. También es importante asegurarse de obtener suficiente luz natural durante el día, incluso si eso significa salir a caminar durante el almuerzo y, dentro de lo posible, intentar trabajar cerca de una ventana.

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Además se recomienda comer alimentos ricos en triptófano, como el plátano, la leche y el pavo, un componente que ayuda a aumentar la producción de serotonina y a mejorar el estado de ánimo. De esta manera y con algunas estrategias simples, como mantener una rutina regular de sueño, mantenerse activo durante el día y obtener suficiente luz natural, se pueden minimizar estos efectos y ayudar a mantenerse saludable, e incluso feliz, durante este periodo de menos luz y calor que viviremos, en rigor, hasta septiembre.