Editada por el sello Espasa, perteneciente al grupo Planeta, hoy miércoles sale a la venta la biografía de Miguel Bose titulada El hijo del Capitán Trueno, un texto de 488 páginas escrito por el propio cantante y que abarca desde su nacimiento hasta el día que triunfó en Florida Park en abril de 1977. Un día que nunca olvidará. Porque por un lado marcó su primer triunfo como artista y el reconocimiento por parte de su padre, el torero Luis Miguel Dominguín. Y lo cierto es que tal como señala el título de esta autobiografía, a través de los 20 capítulos que contiene el volumen, lo cruza la falta de sintonía que hubo entre padre e hijo. El cantante, tenía unas características de personalidad muy diferentes a las que hubiese esperado el torero. Dominguín, quien representaba en esos años un ícono de virilidad por medio de la tauromaquia, era un ser machista, una manera que se graficaba a partir de sus múltiples infidelidades que eran un secreto a voces, además de peleas matrimoniales con la madre de Miguel, Lucía, que incluía insultos físicos y verbales que dejaban temblando a sus hijos.
Miguel Bose era el heredero y el torero quería que su primogénito fuera un hombre muy masculino, agresivo y no “un maricón”, porque con estas palabras se dirigía a él cuando el chico no quería matar animales en las cacerías que tanto gustaban a Dominguín y que se organizaban tanto en algunas de las fincas que tenía la familia. Esta anécdota también la contó hace algunos meses en la polémica entrevista que dio para el conductor español Jordi Évole, en medio de la seguidilla de rumores y declaraciones del cantante a partir de sus opiniones anti-vacunas y incrédulo de la pandemia del COVID-19, de la pérdida de su voz y de la separación de su pareja de años.
En los primeros capítulos del libro, condensados bajo el título “Mi casa, mi país, mi tierra, mi familia”, Bosé relata una vida de lujo, brillo y esplendor donde la apariencia era lo único que vendía. Hacia afuera formaban una familia feliz. Pero puertas adentro no era así. Los niños no veían a sus padres, Lucía, fue una madre poco cariñosa de la que su hijo estaba enamorado. El padre, un hombre todopoderoso que era capaz de poner a su hijo Miguel en situaciones dolorosas al borde de la muerte.
“Mi padre me da miedo… Le quiero mucho, pero le tengo tanto respeto que siento que me apoco cuando estoy ante él… Él es perfecto y valiente. Yo no soy nada y además soy un miedoso. Siempre le decepcioné. Ya fuese por falta de hombría o por timidez le fallé. Permití que me dominara hasta mandar en mí con todo el peso y abuso de su tiranía”, cuenta el cantante en un segmento del libro.
Un viaje dramático
El libro no comienza con su nacimiento sino con un viaje desesperado de Lucía Bosé, la noche de año nuevo junto a sus tres hijos a su finca en Villa Paz. Ahí, Dominguín se encontraría con su prima con la que mantuvo una relación que fue motivo de escándalo durante aquellos años. Aquella noche, los niños presenciaron una de las muchas peleas del matrimonio y donde Miguel se cruza frente a su padre para evitar que maltratara a su madre. Este es el comienzo de El hijo del capitán Trueno, donde Mighelino (como le llamaba su madre, Lucia) va narrando su existencia en Somosaguas, un chalet enorme en las afueras de Madrid y que en la actualidad continúa siendo de su propiedad y donde en aquella época se organizaban las fiestas más exclusivas donde corría la champaña como si fuera agua: Claudia Cardinale, Deborah Kerr, Pablo Picasso, el astronauta Neil Armstrong y Lola Flores, eran sólo algunos de los invitados. Todo el que era alguien pasaba por la casa del torero y la pintora italiana.
Momentos muy duros
Miguel Bosé va desgranando situaciones difíciles, duras, divertidas y felices de unos niños privilegiados que tenían de todo hasta que llegó la separación (no había divorcio en España). Fue entonces cuando el nivel de vida bajó hasta no poder utilizar la calefacción y cenar un vaso de leche con pan, que nunca faltaba porque se los regalaba el panadero.
Dominguín no admitía que su mujer le hubiera dejado y esos años fueron muy dolorosos para los hermanos. Cuenta Miguel que los primeros días su madre dormía dentro del auto, estacionado en la puerta de la casa porque Luis Miguel le tenía prohibida la entrada al chalet. “La Tata” con los niños le llevaban el desayuno hasta que por fin el matrimonio llegó a un acuerdo y pudo volver al que había sido el domicilio conyugal.
Lo más llamativo es que el nombre del Capitán Trueno como define al torero, solo sale una vez en todo el libro. En cambio hay una mujer omnipresente que siempre ha estado en su vida y cuyo nombre aparece en todos los capítulos. Se trata de Remedios, “la Tata”, que desde su nacimiento se encargó de él y de sus hermanas. Protegió a Lucia Bose y la única que se enfrentó en todas las ocasiones al todopoderoso torero.
Ver esta publicación en Instagram