Comenzamos con el final. A sus 76 años y en silla de ruedas, Liza Minnelli sale al escenario del Dolby Theater para presentar el premio final a Mejor Película, y de paso celebrar los 50 años de Cabaret. De su mano y a su lado estaba Lady Gaga, que la ha tratado con tal respeto, admiración y delicadeza que casi ha compensado el episodio tenso que se vivió minutos antes en la gala. Fue uno de los momentos icónicos y memorables que nos dejó esta entrega número 94 de los Premios de la Academia. Pero hubo un par más.
La tradicional música de Ennio Morricone inunda todo después de que se presenta un clip en homenaje a los 50 años desde el estreno de El Padrino, y que este año incluso tendrá una serie de televisión –The Offer, que se estrenará en abril por Paramount Plus- como hitos para celebrar este acontecimiento fílmico. Y aparece en el escenario un trío inolvidable, el mítico director Francis Ford Coppola junto a los grandes protagonistas de esta trilogía: Al Pacino y Robert de Niro. Es por momentos como estos por los que nos sentamos a ver cada año los Oscar, con fervor e interés. Memorabilia pura. Pero eso no fue todo.
Un maletín y el twist contest reunieron en el escenario a un trio inolvidable: Samuel L. Jackson, Uma Thurman y John Travolta anunciarían el premio al Mejor Actor Principal. Una aparición que claramente distendió un ambiente cargado dentro del Dolby Theater y que los actores supieron muy bien cómo hacerlo. Incluso Thurman y Travolta entregaron unos pasos de Twist por detrás de Jackson que sostenía en sus manos un maletín, que al abrirlo y tal como en la película, desprendía una luz y que en este caso traía el sobre que le daría el premio a Will Smith por King Richard. Memorable.