Suscríbete
La reina Isabel II pasó sus últimos años sufriendo en secreto un doloroso cáncer. Así lo reveló extractos de Elizabeth: An Intimate Portrait, una nueva biografía de la difunta monarca británica, escrita por Gyles Brandreth.
La reina murió el pasado septiembre tras más de 70 años en el trono, y ya meses previos se especulaba que podría estar sufriendo alguna enfermedad. Sin embargo, su certificado de defunción asumió la causa de su muerte como «vejez».
Ver esta publicación en Instagram
El autor explica que no es de extrañar que su causa de muerte se dictaminara como «vejez», ya que esa es la causa que suele figurar «cuando un paciente tiene más de 80 años y su médico le ha atendido a lo largo del tiempo y ha visto su deterioro gradual».
Ya en 2021, y tras la muerte del príncipe Felipe, la reina comenzó a mostrar un repentino bajón de energía, por lo que los médicos le ordenaron «descansar un poco, no presionarse tanto, tomárselo con calma». Pero la razón podría ser algo mucho más complicado.
Ver esta publicación en Instagram
«Había oído que la Reina padecía una forma de mieloma (cáncer de médula ósea), lo que explicaría su cansancio y pérdida de peso y esos ‘problemas de movilidad’ de los que se nos habló a menudo durante el último año de su vida», escribió Brandreth en el libro.
«El síntoma más común del mieloma es el dolor de huesos, especialmente en la pelvis y la parte baja de la espalda, y el mieloma múltiple es una enfermedad que suele afectar a las personas mayores», escribió el también ex diputado.
Ver esta publicación en Instagram
De esa forma, el autor plantea que debido a que Isabel sabía que su tiempo era acotado, decidió hacer las paces con su muerte mientras documentaba la visita del reverendo Dr. Iain Greenshields en Balmoral el fin de semana antes de su fallecimiento.
«La verdad es que Su Majestad siempre supo que el tiempo que le quedaba era limitado. Lo aceptó con toda la gracia que cabría esperar», aseguró Brandreth. Mientras que el Dr. Iain señaló: «Su fe lo era todo para ella. Me dijo que no se arrepentía de nada».
