La ausencia de Meghan Markle en el funeral del duque de Edimburgo no solo se vio, sino que se sintió durante la procesión y la ceremonia; en especial cuando los seleccionados de la familia real británica para el servicio religioso estaban al interior de la Capilla de Saint George; la misma donde los duques de Sussex se casaron religiosamente el 19 de mayo en 2018.
Durante la transmisión efectuada por la BBC se la mencionó por su título –el de duquesa de Sussex–, destacando que no estaba presencial por motivos de salud; un hecho más que público ya que se encuentra en una etapa avanzada del embarazo; y se espera que dé a luz a una niña en junio próximo. También se enfatizó que ella había mandando sus sentidas condolencias.
Sin embargo, rápidamente los medios fueron informados de que Meghan Markle había enviado una preciosa corona de flores acompañada de una carta escrita a mano. De esta manera, pese a estar en su casa en Montecito, Carlifornia, la duquesa estuvo presente dadas las circunstancias.
De las flores se dice que son parte de una corona creada por la florista Willow Crossley, con acantos, cardos azules y rosas, entre otras especies; todas las elegidas tendrían distintos significados relacionados al fallecido príncipe Felipe. Por ejemplo, aludiendo a su Grecia natal estarían los acantos; a su mes de nacimiento, las rosas; y a su amada Marina, los cardos. El mensaje de la carta escrita de puño y letra por Meghan Markle aún no se ha revelado; pero se supone que sus palabras son de respeto y gratitud.
Además de estos gestos, la imagen de los príncipes Harry y William a la salida del servicio religioso –y en compañía de Kate Middleton–, puede ser una luz de esperanza para que se recomponga la relación entre los hermanos. Por lo menos, también se vio cómo Kate Middleton se acercó a hablarle algo a su cuñado al salir de la Capilla, donde desde ahora descansa el príncipe Felipe de Dinamarca y Grecia, duque de Edimburgo y marido de la reina Isabel II por más de 73 años.