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Las reglas del cónclave: Así se elegirá al nuevo Papa

Las reglas del cónclave: Así se elegirá al nuevo Papa
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Las reglas del cónclave: Así se elegirá al nuevo Papa

POR equipo velvet | 21 abril 2025

Con el fallecimiento del papa Francisco, este lunes a sus 88 años, la iglesia queda en “sede vacante”, dando inicio a un plazo de 15 a 20 días como máximo para definir el cónclave, ritual en el que se elige al nuevo sucesor. ¿Cómo funciona este antiguo ritual?

Esta ceremonia obtiene su nombre del latín “cum clave” (bajo llave). Y es que tal como lo dice su nombre, se trata de una reunión en la que los cardenales menores de 80 años se juntan en la Capilla Sixtina, a puerta cerrada, para elegir a un sucesor del papa recién fallecido. Y no pueden volver a la “libertad” hasta no haber cumplido su misión.

Esta “sede vacante” sigue un ritual de reglas establecidas y donde no hay espacio para innovar, según obliga el Derecho Canónico. A continuación, las claves de una ceremonia centenaria y hermética:

Convocar a Roma

Tras la muerte del papa, la Santa Sede queda en manos del camarlengo, actualmente el estadounidense Kevin Farrell. Y lo primero en la agenda es convocar a Roma a todos los cardenales para las honras fúnebres o exequias, y para organizar la sucesión.

Preparativos

Los cardenales o purpurados deberán definir la fecha del cónclave, que se celebrará antes del vigésimo día de la proclamación de la “sede vacante”.

Aislamiento

El cónclave se celebra con los cardenales encerrados para evitar cualquier tipo de demora o interferencia. Un ritual que comenzó en 1270, cuando los habitantes de Viterbo, entonces sede pontificia, hartos de años de indecisión, encerraron a los “príncipes de la iglesia” hasta elegir sucesor. Como dio resultado, la tradición se mantiene.

Ahora, en la fecha elegida, se encierran en la Capilla Sixtina para elegir el futuro papa, aunque solo podrán votar o ser elegidos los menores de 80 años.

Esta jornada histórica comienza con la misa “Pro eligendo papa” en la basílica de San Pedro y después los electores procesionarán hasta la Sixtina cantando el “Veni creator”. Una vez ahí, ante el Juicio Final de Miguel Ángel, jurarán. Y luego, el maestro ceremoniero echará a los ajenos proclamando “Extra omnes” (fuera todos). Por último, cerrará sus puertas para garantizar la más absoluta privacidad (se usan incluso inhibidores de frecuencia).

Cardenales electores

Actualmente los electores son 138 (a fecha de febrero de 2025). De Europa (54), asiáticos (24), sudamericanos (18), norteamericanos (16), africanos (18), centroamericanos (4) y de Oceanía (4).

Modo de votación

La elección se hará por escrutinio secreto. Y para que sea válida la elección del Romano Pontífice se requieren dos tercios de los votos.

El primer día de encierro se realiza una sola votación y en los días posteriores, en caso de fracasar, dos por la mañana y dos por la tarde.

Las papeletas

El “scrutinium” contará con tres cardenales encargados de escrutar el proceso y tres de revisarlo. Las papeletas serán rectangulares y en ellas se lee “Elijo in Summum Pontificem”, y en la parte inferior hay un espacio para escribir el nombre del elegido.

Luego, cada purpurado lleva su papeleta a la urna y, ante los escrutadores, pronunciará él juramento: “Pongo por testigo a Cristo Señor, el cual me juzgará, de que doy mi voto a quien en presencia de Dios, creo que debe ser elegido”. Después colocará la papeleta en un plato y la deslizará en la urna.

Recuento

Con todos los votos hechos, se procede al recuento. Los escrutadores leerán en alto cada papeleta, un segundo toma nota y un tercero las perfora con una agua e hilo, uniéndolas.

Las fumatas

Tras cada votación, se quemarán los votos en una estufa perparada para la ocasión en la Capilla Sixtina. El color del humo que salga por la chimenea anunciará al exterior el resultado: si es blanco, se ha alcanzado un acuerdo. Si es negro, el cónclave deberá seguir.

Aceptar, o no…

Una vez un cardenal se imponga al resto, el decano, Giovanni Battista Re (en febrero de 2025), preguntará al elegido: “¿Aceptas tu elección canónica para Sumo Pontífice?”. De aceptar, le preguntará cómo quiere ser llamado.

Habemus papam

El nuevo papa soberano es llevado de inmediato a la sacristía de la Capilla Sixtina, conocida como la “sala de las lágrimas”, donde habrán preparados tres trajes pontificios de varios tamaños, ya que es imposible saber quién será de antemano.

El último paso será anunciar la elección al mundo: “Habemus Papam” (tenemos papa) exclamará el protodiácono desde el balcón de la basílica vaticana. Entonces, el nuevo pontífice se presentará al mundo e impartirá su primera bendición ‘Urbi et orbi’.

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