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Los amantes de las películas hemos sufrido especialmente durante esta pandemia al verse cerradas las salas de cine que para muchos, son una suerte de templo donde vamos a regocijarnos durante dos horas para entregarnos a las imágenes que se proyectan en la gran pantalla. Ya sea solos o acompañados, ir al cine es un ritual para muchos que nos fue vedado producto del confinamiento.
Recién pudimos, los más valientes, hacerlo a mediados de año. Quizás usted que está leyendo este artículo aún no se atreve a encerrarse en una sala de cine por más de dos horas con extraños. Personalmente, y con todas las medidas del caso (léase uso de mascarilla durante toda la película y pase de movilidad que exigen hoy por hoy), me atreví a ir en octubre. Y lo hice para el estreno de No time to die, la última entrega de James Bond. La emoción, más que por la película, por estar de nuevo dentro de una sala, fue inmensa.
La siguiente lista contiene nueve películas que fui a ver al cine. No sé si serán las mejores o no. Para mí son importantes porque las pude ver en el formato que se tienen que ver las películas: a oscuras y frente a una gran pantalla. Más que de calidad, esta lista es una manera de celebrar ese retorno. La décima película de este conteo fue un estupendo estreno de Netflix que se estrenó hace algunas semanas. Empecemos el conteo:
1.- West Side Story
La película del año. Básicamente porque Steven Spielberg fue más allá de la magia. Logra replicar el espíritu de la película original, pero va más allá. Profundiza en historias, sin sacarla de la época le regala actualidad con ciertas temáticas, y porque en esas secuencias de baile y canto, Spielberg demuestra el gran realizador que es. Quizás uno de los más grandes de nuestra época. West Side Story es de esas películas que se pueden ver sin cansar.
2.- The Power of the Dog
Es la única película de este conteo que no vi en salas, sino que en la plataforma de streaming donde se estrenó: Netflix. El retorno de la directora de La Lección de Piano es, valga la redundancia, una lección de sensatez, de sensibilidad, de poesía y de sutileza. De esas películas donde parece no pasar nada y realmente está pasando todo. La tensión es subterránea, está en lo que no se dice con palabras. La lucha de dos masculinidades, de deseos reprimidos, de violencia y de extrañas formas de protección. Benedict Cumberbatch y el ascendente Kodi Smit-McPhee están sublimes.
3.- The Last Duel
El estreno logrado de Ridley Scott de este año. Un relato que hereda mucho de Kurosawa, porque cuenta la historia desde tres perspectivas diferentes. Ridley Scott se va a la Edad Media, a la época de los caballeros, para contarnos una historia que habla mucho del presente. Es bien impresionante cómo el realizador de Thelma & Louise y Gladiador nos cuenta acá una historia de época pero con toda la temática del #MeToo de fondo. Si los que vieron la serie Killing Eve y quedaron maravillados con Jodie Comer, acá quedarán enamorados de por vida. Se roba la película.
4.- Dune
Nunca me acerqué a la versión de David Lynch y tampoco he leído la clásica novela de Frank Herbert. Así y todo es difícil dejar de maravillarse con el resultado colosal que logra el director canadiense Denis Villenueve con esta nueva adaptación, donde recluta a un elenco de lujo e imagina un mundo desértico con una arquitectura portentosa. Las naves parecen verdaderos edificios en el cielo. Es la clásica historia del viaje del héroe, que en algún momento se le anuncia que es el elegido para salvar a la civilización. Acá, por si fuera poco, esa odisea la musicaliza de forma épica el maestro Hans Zimmer. Toda una experiencia.
5.- No time to die
Daniel Craig se alza como uno de los mejores James Bond de la historia. Si me apuran, lo pondría inmediatamente después de Sean Connery y Roger Moore. El rubio inglés de rasgos rudos que levantó una serie de sospechas entre los fanáticos, logra una muy perfecta combinación de fuerza, tragedia y emoción en su personaje. Es el James Bond más físico de todos, pero también el más emocional y como vemos en esta despedida del actor, el más trágico. La entretención, el estilo y los Martini Seco, están garantizados.
6.- The French Dispatch
Las películas de Wes Anderson son verdaderas postales. De cada fotograma podríamos sacar una. Es un estilo muy propio. La manera como centra la cámara, como compone el cuadro, los colores pasteles que usa, como recorre el espacio de una forma tan propia. Wes Anderson es un autor en todo aspecto. Y The French Dispatch quizás no cuenta nada nuevo, quizás solo sea un alarde más de lo que ya conocemos. Para más, es un homenaje al periodismo y a las revistas. Y por todos esos motivos nos encanta y ya estamos esperando su próxima película, donde seguramente también estará Bill Murray, Frances McDormand, Owen Wilson, Adrien Brody y Tilda Swinton. Pero seguiremos amándolo igual.
7.- Last Night in Soho
Con Baby Driver, el director Edgar Wright nos había sorprendido por una nueva manera de contar una historia, en esa usando de manera muy creativa la música como arma central. En Last Night in Soho, la música sigue cumpliendo un rol central, pero esta película que en principio parece ser casi una comedia de costumbres, mezclado un drama de época, de viajes en el tiempo, de guiños a los años sesenta en Londres, se convierte en un cuento de terror con una vuelta de tuerca muy hitchcockiana. Y con un mensaje feminista subliminal de fondo. Muy interesante apuesta.
8.- Don’t Look Up
Sí, está en Netflix, pero personalmente la vi semanas antes en pantalla grande. Es la película del momento. Y es que con todo el año a cuestas, necesitábamos reír de buena gana. Y reír de una forma inteligente. Lo que propone Don’t Look Up es diversión consciente. Adam McKay, que también es uno de los cerebros de la brillante serie de HBO, Succession, acá se lanza el mejor elenco imaginable para contarnos la historia de un asteroide que viene en camino a la tierra, de dos torpes astrónomos que intentan advertirlo, y cómo, desde la presidenta de la república hasta los medios de comunicación, no se toman en serio este anuncio. En tiempos de abundancia de información, quizás todos nos extingamos por mero gusto.
9.- House of Gucci
Esta película es sobre gente demente, excesiva, glamorosa y millonaria. Y la película en sí es un poco eso mismo. Volver a recordar House of Gucci provoca un poco de risa, risa de vergüenza ajena, risa de haber disfrutado una película como un placer culpable. Todo acá es una gran y gruesa caricatura. Y uno se pregunta ¿Habrá sido así toda esta gente? Lady Gaga dándolo todo y más. Jared Leto sobregirado total termina iluminando cada escena donde aparece. Adam Driver absolutamente fuera de lugar y Al Pacino, divertido de tan caricaturesco. Un festín a la romana.
10.- King Richard
Al leer la sinopsis de esta película uno sabe perfectamente a lo que va. Este es de esos filmes que son de antemano un manual. En este caso, uno de autoayuda deportiva. King Richard se centra en el padre de las hermanas Williams. Serena y Venus, las tenistas. Y de cómo armó su propia dinámica de crianza y entrenamiento con ellas con el fin de que alcanzaran el éxito. Esta película está llena de mensajes. De momentos de derrota que terminan siendo una clase enaltecedora. Will Smith está especialmente bien. Es su retorno luego de años medio perdido y dicen que podría ser su oportunidad para recibir el famoso galardón dorado ese al que todos aspiran. Para qué les digo más.
