Al parecer, cada vez más, las tendencias nupciales están dejando de lado los estereotipos tradicionales, en favor de diseños adaptados al estilo de cada mujer. Por otro lado, las bodas con pocos invitados, así como el descenso de enlaces religiosos, son algunos de los motivos que hacen que la identidad y comodidad sean las protagonistas de los encuentros.
Novias sin vestidos de larga cola, con peinados no tan arreglados y con accesorios más relajados como los scrunchies, son la tendencia de las novias que están huyendo de las faldas de princesa.
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Las novias de 2021 son antibrides, y se están atreviendo con piezas de diseños contemporáneos y versátiles, en donde pueden combinar vestidos lenceros con maxivelos bordados para obtener un look más dramático, vestidos de líneas más clásicas con velos cortos y pendientes XXL o introducen opciones con pantalón como una propuesta más arriesgada.
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La cuenta @_anti_bride, es representativa del auge de esta nueva estética. En este perfil, puedes ver cómo las novias llevan lencería, vestidos, algunas llevan el ramo en una mano, e incluso un bolso en la otra. También visten minivestidos abombados o apuestan por traje blanco acompañado de un abrigo.
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Una novia que conocemos y se casó en modo pandemia, es Cami Santa Ana. Usó un traje blanco, de mangas abombadas y detalles bordados, perfecto para la ocasión, e incluso lo acompañó con una chaqueta muy particular.
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Eso sí, el velo se resiste a desaparecer. Si el resto del look es ‘menos novia’, el velo es el broche que te hace ‘ser la novia”.
¿Te unirías a la tendencia?