El éxito de la serie “Monstruos: La historia de Lyle y Erik Menéndez” provocó el estreno de un documental de Netflix de casi dos horas de duración.
En 1996, Lyle y Erik fueron condenados a cadena perpetua por asesinar a tiros a sus padres, Kitty y José Menéndez, el 20 de agosto de 1989. Los hechos ocurrieron en la mansión familiar ubicada en Beverly Hills, California, y los jovenes en ese momento tenían 21 y 18 años respectivamente.
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La producción está dirigida por el cineasta argentino Alejandro Hartmann y profundiza en el asesinato y el juicio, pero sobre todo ofrece una nueva perspectiva porque los hermanos hablan por primera vez del crimen después de 30 años. También está el testimonio de periodistas de la época y abogado del caso.
1. La mala reputación de José Menéndez: La familia cercana respaldó a los jóvenes sobre el mal carácter de su padre. “Una vez, José puso a Lyle sobre una encimera de la cocina e incitó a Lyle a saltar, y él iba a atraparlo. Cuando Lyle lo hizo, José retrocedió y le dejó caer al suelo, diciéndole que nunca se puede confiar en nadie”, recordó Diane Vander Molen, prima de Lyle y Erik.
2. Un crimen muy desprolijo: A diferencia de la serie, el documental revela detalles de la escena del crimen. Los comentarios de la policía son muy gráficos porque explican cómo encontraron los cuerpos de Kitty y José, quienes recibieron varios disparos con escopetas.
Para Lyle y Erik fue muy difícil confesar por qué habían matado a sus padres. Hasta el día de hoy, mucha gente cree que los hermanos lo hicieron por dinero, pero ellos explicaron que fue para terminar con el abuso sexual de su padre y incompetencia de su madre. “Preferiría perder el juicio por asesinato que hablar de nuestro pasado y de lo que había pasado”, es una de las revelaciones de Lyle en el documental.
3. La llamada fingida: También podemos escuchar la llamada que hicieron los hermanos a la policía, donde se les escucha llorando y gritando. “Encontraron a los dos hermanos delante de la casa. Estaban histéricos, sobreactuaban. Pero la policía fue muy amable con ellos. Al principio, los investigadores no les trataron como sospechoso. Estadísticamente, si tienes un homicidio doméstico, serías un policía idiota si no tuvieras en cuenta a otros miembros de la familia”, añade el fiscal.
4. El mayor error: los hermanos se fueron de compras pocos días después del asesinato y eso alertó a los investigadores. “Lyle se compró un par de Rolex y un Porsche de 70.000 dólares. Erik también se fue de shopping. “La idea de que me lo estaba pasando bien es absurda. Todo era para encubrir este horrible dolor de no querer estar vivo”, dijo en el juicio.
5. Los dibujos de la defensa: en el juicio se muestran dibujos que realizó Erik para procesar los malos tratos sufridos a manos de su padre y los asesinatos. “Pasé la mayor parte del tiempo entrevistando a Erik. Amaba a sus padres y me dijo que diez segundos después, me arrepentí de lo que hicimos“, dice experta en defensa, Ann Burgess. “A Erik le pedí que lo dibujara y que lo pusiera por escrito. En los dibujos se puede leer vuelve aquí, cabrón y no voy a dejar que vuelvas a tocar a mi hermano pequeño“, señala la doctora.