Revista Velvet | Las 12 estrellas que sufrieron la maldición del Oscar
Cultura Pop

Las 12 estrellas que sufrieron la maldición del Oscar

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Las 12 estrellas que sufrieron la maldición del Oscar

POR Carlos Loyola Lobo | 25 marzo 2022

No todo lo que brilla es oro. Bien lo sabemos. Y el dorado del Oscar no asegura un jardín de rosas, ya que estamos con frases hechas. Para muchas estrellas de Hollywood recibir el reconocimiento de la Academia ha sido un real impulso a su carrera, o muchas veces el justiciero broche de oro, pero en otras ha resultado ser la espada de Dámocles que han tenido que cargar como su primer y último gran logro, porque después poco más se supo de ellos. Al menos tocaron la gloria, lo que no es poco. En nuestro especial Velvet en la previa a los Oscar que se entregan este domingo, recordamos a 12 actores y actrices para los que ganar un Oscar fue lo más parecido a una maldición.

Gwyneth Paltrow

Después del emocionado -y para muchos- injusto Oscar por Shakespeare in Love, Gwyneth Paltrow se le abría un mundo por delante, pero un puñado de malas elecciones la acabaron relegando a secundaria en series de televisión donde todos lucían más que ella. Luego y como ya sabemos, se dedicó al mundo del wellness y a la creación de productos que dicen oler a fluidos corporales propios, más que a dedicarle tiempo al cine.

Halle Berry

Si hay una maldición que ha dejado más carreras en la basura que ganarse un Oscar ha sido el de convertirse en una chica Bond. Y es que quizás fue arriesgado que, después de ese intenso papel en Monster’s Ball, arrebatándole el Oscar a Nicole Kidman por Moulin Rouge!, a Halle Berry se le ocurriese lucir bikini para la película del Agente 007, Die Another Day. Luego de eso vinieron bazofias de las que nadie se acuerda -por suerte- como Gothika, Catwoman o Cloud Atlas. Pero la carrera de Halle Berry jamás remontó.

Hillary Swank

Luego de su prodigiosa interpretación en Boys Don’t Cry se diluyó en proyectos de escaso atractivo. Estrategia que repitió después de ganarse su segundo Oscar por Million Dolar Baby. Pero no perdamos la fe, si alguien puede volver a recoger una estatuilla después de transitar por proyectos de no muy buena factura, esa es Hillary Swank. Sabemos que talento tiene.

Lupita Nyong’o

Puede parecer precipitado incluir a la ganadora del Oscar a Mejor Actriz Secundaria de 2014, pero lo cierto es que tras 12 Years a Slave, Lupita ha ocupado más páginas en las revistas de moda o capturado más flashes en alfombras rojas, que lentes de cámara de celuloide.

Adrien Brody

Nadie dudaba que 2003 iba a ser el año de Adrien Brody, pero pocos podían imaginar lo errática que sería su carrera después de El Pianista. El fracaso relativo de King Kong -esa con Naomi Watts y Jack Black, ¿Se acuerdan?, y ser habitué en los elencos de las películas de Wes Anderson, no ha ayudado a relanzar una carrera que parecía muy prometedora.

Cuba Gooding Jr

Su “¡Show me the money!” fue la frase más repetida en 1996, el año en que el hiperventilado Cuba Gooding Jr., se alzó con el premio por Jerry Maguire. Hay veces que es difícil encontrar la explicación al declive de una carrera y hay veces que es muy sencillo: quizás nunca fue un buen actor.

Catherine Zeta Jones

Sí, es cierto, se inscribió en lo más granado de la industria al casarse ni más ni menos que con Michael Douglas. Pero haberle arrebatado el Oscar a Julianne Moore por The Hours o a Meryl Streep por Adaptation, tuvo sus costos. Porque luego que una muy embarazada Catherine Zeta Jones subiera a recibir su Oscar de manos de Sean Connery por su rol secundario en Chicago, poco más se supo. Unas breves y secundarias apariciones por aquí y por allá, no se igualan a la meteórica carrera que traía hasta ese momento.

Jean Dujardin

Al contrario que sucedió con su compatriota Marion Cotillard, el Oscar no significó un empuje para una posible carrera en Hollywood. Quizás se debió a que protagonizar un fiasco sobrevalorado como The Artist (que se ganó el Oscar a Mejor Película, viera usted qué generosa fue la Academia ese año), pero luego de alzarse con la estatuilla de este denominado George Clooney francés, participó en pequeñas incursiones en El Lobo de Wall Street o en la fallida película multiestelar del propio Clooney, The Monuments Men, pero pasó sin pena ni gloria. Tanto, que tuvo que devolverse a Francia, donde sí es una súper estrella.

Mira Sorvino

Woody Allen le dio el papel de su vida en Poderosa Afrodita, pero no fue suficiente. A pesar de participar en películas tan emblemáticas como Rommy and Michelle junto a Lisa Kudrow, el influjo del Oscar se diluyó enseguida y nunca más ha vuelto a participar en ningún proyecto memorable. En los últimos años supimos que su verdadera maldición fue haberse cruzado con Harvey Weinstein.

Brie Larson

Muchas veces la Academia se apresura de más. Y aunque la potencia de Room, quizás obnibuló a los votantes, quizás el Oscar a Mejor Actriz Principal para Brie Larson fue a muy temprana hora. Una competencia que tenía de contendoras a tremendas intérpretes como Cate Blanchett por Carol, a Charlotte Rampling por 45 Years e incluso a la talentosa Saoirse Ronan por Brooklyn. La estatuilla solo le permitió ser la Capitana Marvel y poco más. Un ascenso bastante deslucido.

Roberto Benigni

Probablemente antes de que llegase al escenario, caminando por encima de las cabezas de todos, haciendo piruetas funambulistas de silla en silla, la mitad de los votantes de la Academia ya estaban arrepentidos de su voto. El histriónico director italiano y protagonista de La Vida es Bella fue el personaje favorito en todo el planeta durante cinco minutos. Una premiación donde todos la recordamos más por el grito de Sophia Loren al anunciar el premio a su coterráneo, pero que después de eso no quedó más que decirle: “arrivedercci, Roberto!”.

Jennifer Hudson

Con su primer papel consiguió el Oscar y eclipsar a la mismísima Beyoncé, pero luego Dreamgirls poco y nada se ha sabido. Aunque a su favor debemos reconocer que este año estuvo a punto de meterse en carrera por su interpretación de Aretha Franklin en la biopic Respect, pero no le alcanzó. Entre dramas familiares y un notable cambio físico, Jennifer Hudson ha optado por centrarse en el mundo de la música. Y es que condiciones tiene de sobra.

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