Un error lo comete cualquier, y la reina Isabel II no es la excepción a la regla. El documental que será estrenado este sábado en la cadena británica Channel 4, revela una deuda que Su Majestad mantiene hasta el día de hoy.

Tras la muerte de su ex nuera, la monarca se mostró dura y ajena al trágico fallecimiento. Un error de juicio que pudo costarle muy caro y por el que se siente en deuda con Tony Blair. Esto, porque fue precisamente el primer ministro de la época quien le sugirió mostrarse más humana tras la muerte de la madre de sus nietos William y Harry.

Blair, había llegado hace cuatro meses al cargo y, dicho sea de paso, al ser laborista no era precisamente el favorito de Isabel II, quien se sentía más cómoda con un Winston Churchill. A pesar de eso, la reina escuchó a Blair y volvió a Londres ante la trágica noticia para rendir un tributo público a la princesa.

Este gesto de Isabel fue enormemente agradecido por la opinión pública, y a su vez salvó la imagen de la monarquía y reafirmó su figura. Es más, esto fue reflejado en la película The Queen, (2006), de Peter Morgan. Quien más tarde crearía la exitosa serie The Crown. Y ahora, lo confirman los autores de este documental que llega mañana 7 de agosto en la cadena británica Channel 4.

En la película de Morgan, es evidente que la reina efectivamente siente que Blair la salvó. Y esa sensación le otorgó sentimientos encontrados. Por un lado, el agradecimiento, pero también incomodidad, porque a Isabel II “no le gustaba estar en deuda con él”, según cuenta el historiador Dominic Sandbrook. Algo que según el experto, la marcaría para siempre.

Tony Blair ayudó a que mostrara compasión y un corazón menos duro. Pero los expertos de la película también aseguran que la reina sintió alivio cuando el primer ministro comenzó a perder popularidad tras apoyar la guerra de Irak. De cierta forma, con eso, Isabel recuperó su popularidad. La que pocas veces se ha visto tan amenazada como con la muerte de la princesa Diana, cuando ella le dio la espalda a sus nietos y millones de británicos.