Son un hit, se agotan en minutos, son monstruos, pero de buen corazón, aunque suelen meterse en problemas. De orejas puntiagudas y dientes afilados, ¿de dónde salió la tendencia por estas criaturas virales?
Los vemos colgar en carteras y mochilas, adultos y niños alucinan con el monstruo que viene dentro de la caja y la empresa que los produce no para de explotar las ganancias. Pero, ¿sabemos de dónde salieron estas criaturas fantásticas?
Fue en 2015 cuando el artista hongkonés, Kasing Lung, creó una familia llamadas The Monsters. Las criaturas que la componen nacieron de la inspiración de de los elfos de la mitología nórdica. Historias que Lung escuchó durante su infancia en los Países Bajos. La primera figura en cobrar vida fue Labubu, un mini monstruo de pelaje suave, orejas puntiagudas, ojos grandes, dientes afilados y expresión traviesa. Incluso podría decirse que parecía un conejo malvado.
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En el caso de estos duendecillos nórdicos, y su objetivo es precisamente repartir alegría, aunque en el trayecto se metan en problemas.
Si bien comenzaron como una serie de libros infantiles, en 2019 el artista firmó un acuerdo con Pop Mart para convertir a estos duendes de cuentos en juguetes coleccionables de diseñador. Y fue así como comenzaron con una línea de figuras. Fue así como la primera serie de llaveros Labubu de Pop Mart, Exciting Macaron, vio la luz en octubre de 2023.
Ahora bien, la explosión de su éxito se vivió el año pasado, convirtiéndose en un objeto coleccionable. Es más, la propia Lisa, del grupo pop Blackpink, publicó en su cuenta de Instagram una foto de su Labubu colgando de un bolso Louis Vuitton. Y más tarde confesaría por los muñecos en una entrevista con Vanity Fair. “Gasté todo mi dinero” en esas tiendas, dijo a la revista. Gracias a que expuso su amor por los Labubu, se viralizaron en TikTok. El resto es historia.
Y Lisa no es la única. Rihanna fue vista con su Labubu enganchado en su cartera Louis Vuitton, así como Dua Lipa. Emma Roberts compartió en redes sociales sus cuatro muñecos Labubu.
Tal ha sido el éxito que este año Pop Mart abrió una tienda pop-up en Harrods, provocando filas de fanáticos ansiosos por conseguir la figurilla.
Cada vez que sale un nuevo Labubu, se agotan en minutos. Y si bien los precios rondan entre los 20 y 30 mil pesos chilenos o más si es que uno o son varios, aquellos de edición limitada pueden ser costosos. Así como también menos si se consiguen en los comercios de origen oriental tipo Aliexpress.
Por su parte, se han generado generado comunidades, tanto en la vida real como internet, donde los fans comparten consejos para conseguir muñecos o vestirlos y comparten imágenes de sus colecciones. De esta forma, se han convertido en inesperados accesorios de moda, los que suelen verse junto a carteras de lujo.
Una vez que ocurren estos éxitos masivos, hay que buscar la forma de mantener el interés. Para ello, Pop Mart ha lanzado algunos de ellos en cajas sorpresa o “cajas ciegas”. Y así los compradores no saben cuál Labubu viene dentro de la caja. Una estrategia que mantienen a los fanáticos interesados.
