Tuvo el estreno más visto de 2016 y alcanzó a tener 16 millones de espectadores en cada capítulo. This Is Us es definitivamente una de las series más exitosas de los últimos años, llegando a compararse, incluso superar, a Game of Thrones. ¿Cuál es la clave de su éxito y por qué deberías verla?
Cuando alguien me decía que viera This Is Us, la trama que me contaban me parecía fome. “Es una familia y sus problemas, y combinan escenas del pasado con el presente. Mucho drama, vas a llorar”. Si te dicen eso, y en cuarentena, por qué ver algo triste cuando la familia está lejos por una pandemia. Sin embargo, luego de meses de encierro, las series se comienzan a terminar y This Is Us me guiñaba el ojo. Decidí darle una oportunidad y aquí estoy, terminando la cuarta temporada y con un “change of heart”.
This Is Us te cambia la vida. El amor mueve al mundo y en este melodrama, su creador Dan Fogelman, te traslada sin notarlo entre la cruda emoción y la risa, como quien cambia de canal. Cada uno de los diálogos es el reflejo más puro del “Fogeldust”, como bien dice el guionista de la serie. “Belleza, pureza y emoción”, todo multiplicado por mil.
This Is Us narra la historia de cuatro personas nacidas el mismo día. Papá Jack (interpretado por Milo Ventimiglia) cumple 36 años el mismo día en que su esposa, Rebecca, da a luz trillizos. Así conocemos a Kevin, Kate y Randall. A partir de ahí se abren las puertas del drama, y del lagrimal. La historia se basa principalmente en el presente, con los “big three” adultos, escenas que Fogelman combina de forma excepcional con el pasado. Una verdadera obra de arte en la que ríes con cosas que no deberías, te emocionas con detalles como si fuera el gran logro de tu vida y te dan ganas de celebrar el Día de Acción de Gracias.
Te involucras tanto en la vida de los personajes que sientes que saliste a correr temprano con Randall y cuando discute en la cocina con Beth, esperas que termine de hablar para dar tu opinión. No sabes qué bando tomar en la relación de Randall y Kevin, porque quieres y entiendes a ambos. Quieres ir a ver al doctor de los trillizos, solo para conversar. A Kate le darías más de algún sermón. Y te aprendes todas sus tradiciones y rutinas.
Por un lado, está Randall, el exitoso hombre de negocios que lucha con su adopción, ser afroamericano en una familia de blancos, y que busca la perfección en cada aspecto de su vida. Y, por el otro, Kevin. El actor guapo que quiere papeles más serios, pero tiene dificultades para comprometerse con sus emociones. Es el soporte de Kate, le da excelentes consejos a sus sobrinas y siempre cree que el mundo le debe algo mejor. Es el clásico famoso, en cierta manera. Tiene problemas, es inseguro, buen tío, hace bromas cuando no debería, saluda a todas su fans y tiene la capacidad de hablar con cualquier persona como si fuera su mejor amigo. Confía en todos y eso lo hace adorable.
En el otro extremo la única hija de los Pearson. Kate. Toda su vida luchando con el físico y el peso. Adorada por su padre y sus hermanos, Kate es el reflejo de un gran problema de la sociedad, la obesidad y todo lo que conlleva. Provocando que uno como televidente se moleste muchas veces con ella, pero también celebres cada uno sus logros personales y profesionales.
This Is Us entrelaza la vida de tres hermanos cercanos a los 40, quizás no contentos con el presente, y que se toman el tiempo de explorar sus carreras y emociones, con dificultades para aceptar y reconciliarse con el pasado. Este último, representado por papá Jack, el gran eslabón de la familia, y su esposa Rebecca.
El gran atractivo de la serie es precisamente la capacidad que tiene de identificarnos con personajes que están siempre al borde de la catarsis. Y es ahí cuando las lágrimas aparecen sin pedir permiso. Una canción en el auto de Randall es suficiente para recordar alguna escena de Jack en el pasado y dejarse llevar. Como si se trata de un manual familiar, This Is Us es como ir a una terapia por Zoom. Un efecto que sería imposible de lograr sin actores a la altura. El casting es realmente preciso y perfecto, y resulta extraño que no sean ganadores de más premios. Y es que las series familiares no siempre enganchan a los críticos.
Quizás aún no descubran la poderosa esencia de la serie o no hayan sido “víctimas” del efecto ‘Fogeldust’. Realidad pura y magia. Desde el capítulo uno, su creador nos esconde algo. Lo que funciona como enganche para siempre. Dando pequeñas pistas que no necesariamente revela en el episodio siguiente, pero sí dos temporadas después. Simplemente brillante.
Cuatro temporadas (disponibles en Amazon Prime y FOX) y 72 capítulos han sido suficientes para que su creador Dan Fogelman conquiste a sus fanáticos y convierta la saga de los Pearson en la historia ficticia más cercana posible. Y ahora, solo queda esperar el estreno de la quinta temporada.