La vida es una playa para Pierce Brosnan. Sus días suceden en un tramo largo de arena, brumoso por la mañana y preparando cócteles al atardecer. Las olas ocupan un lugar protagónico en su vida. El ex James Bond está lejos de persecuciones y espionajes en nombre de Su Majestad, la Reina. El actor vive sus años dorados en su mansión en Malibú, disfrutando de otro ritmo, con muchas más canas pero lejos, muy lejos de retirarse.
“El agua siempre ha sido parte de mi alegría y de mi existencia”, confiesa para The Gentleman’s Journal el famoso actor de 68 años, que saltó a la fama en la serie de televisión Remington Steele, hasta terminar por seducir a la audiencia cantando en Mamma Mia!. La decisión de radicarse en la costa fue pensada y decidida en plena pandemia: “Los Ángeles simplemente no tenía la misma magia para mí que la costa de Malibú. Necesito el agua. Necesito estar al lado del océano”, confiesa
Su propiedad en Malibú, conocida como Orchid House, avaluada en 100 millones de dólares, pretende ser un plan permanente para Brosnan y echar raíces desde Hawaii viviendo con su esposa, la periodista y cineasta Keely Shaye. Y cuenta que si no está trabajando está arreglando algo de su finca, o practicando paddleboard, o a veces hace snorkel, usualmente pesca o simplemente le gusta sumergirse en la cultura polinésica local.
Sin embargo, la gran pasión de Brosnan no es el cine, sino que la pintura. Está constantemente dibujando y desde sus días de estudiante en Londres que le fascina el arte. El actor busca su inspiraciones en Picasso y Matisse, aunque también en la literatura, quizás haciendo un paralelo a su presente, Hemingway cobra una fuerte influencia en su vida. Confiesa que está releyendo “Cien años de soledad” de García Márquez. “Es un libro magnífico. Salma Hayek me lo regaló como regalo de cumpleaños”.
Esa afinidad de Brosnan por la pintura la ha podido trasladar a la gran pantalla. En El caso Thomas Crown, donde comparte roles con René Russo, el actor apuntó valiosos comentarios al guión sobre el famoso cuadro de Magritte, “El hijo del hombre”. En su otra casa en Atlanta, tiene un estudio convertido en taller para pintar y siempre está visitando galerías de arte.
Dueño de una filmografía ecléctica que incluye títulos memorables como Marcianos al ataque, hasta las mencionadas Mamma Mia! al remake de El Caso Thomas Crown, lo que realmente lo situó en la cumbre de la fama fue el célebre James Bond. Goldeneye, El mañana nunca muere, El mundo no basta y Otro día para morir, donde compartió roles con Madonna, fueron parte de su legado como el famoso espía. Hoy, mientras los productores buscan al sucesor de Daniel Craig, Brosnan desde la distancia habla de su sucesor y del futuro de la saga: “Daniel estuvo magnífico como Bond, siempre ha habido algo físico en su actuación. Es una parte esencial de ser actor: saber cómo usar tu cuerpo, cómo actuar físicamente pero también cómo actuar espiritual y técnicamente. Y en eso hizo un trabajo muy integral”. En 2019 para The Hollywood Reporter, Brosnan comentó que le parecería “estimulante y emocionante” ver a una mujer Bond reemplazar a Craig. Así y todo, Brosnan lo ve como etapa superada. Tanto que ya ni siquiera es invitado a los estrenos de esas películas.
Con planes de nuevas películas, al actor lo vimos por última vez al lado de Camila Cabello en la nueva versión de Cenicienta. Mientras espera los tiempos de rodaje, Brosnan disfruta de estos días de asueto. Es que el actor parece estar hecho para el verano, las guayaberas y los lentes de sol. “El año pasado estábamos encerrados en esta isla. Pinté, hice jardinería, nadé. Keely cocinaba comidas y salíamos a pasear. Todo esto en medio de la fuerte ansiedad que estábamos viviendo todos, conscientes del sufrimiento y el dolor que estábamos sintiendo. Después de todo, y de haber perdido dos amigos por el Covid, solo siento gratitud por haber estado en este lugar”.
Hay una suavidad en Brosnan, tanto en la voz como en el temperamento. Está claramente contento, feliz de seguir su propio camino. Porque este es un hombre feliz y que envejece felizmente. Está conforme de que su cabello se vuelva gris. Y es que está a gusto viviendo al día, sin planes y pese a eso, quiere hacer muchas más cosas: “Hay películas que quiero hacer” cuenta, “hay arte que quiero crear. Y un libro. Hay un libro me gustaría escribir. Se ha hablado de las memorias y trabajo de vez en cuando en ellas. Tengo algo de poesía escrita. Me gustaría probar la escultura, me gustaría probar la cerámica y la alfarería. Algo de eso haré en algún momento”. Mientras tanto dice que lo que hace es “trabajar y jugar”, así lo describe él mismo. “Tengo amigos en Hawaii. Pintamos, jugamos al golf, repetimos. Nueve hoyos por la mañana, un buen almuerzo, tarde en el estudio, un baño en el mar al final del día. Ver el atardecer. Fuego en la playa, algo de música y un trago sentado en la playa. Vivo una vida bastante gloriosa”.