Aunque no sea una sustancia adictiva en todo el sentido de la palabra, como lo son las drogas o el alcohol, el chocolate tiene elementos que despiertan una conexión emocional y física con nuestro cerebro. Y sus componentes químicos provocan un impacto en el cerebro, despertando en nosotros una dulce obsesión.
El placer que provoca comer chocolate no es producto de tu imaginación. El cacao contiene compuestos químicos que pueden tener un efecto en nuestro cerebro y estado de ánimo. Uno de ellos es la feniletilamina, conocida como la “molécula del amor”, y que se encuentra en pequeñas cantidades en el chocolate. Esta sustancia puede desencadenar la liberación de endorfinas, neurotransmisores asociados con la sensación de bienestar y placer. De ahí la sensación de felicidad al comerlo.
Otro componente del chocolate es la teobromina, un estimulante similar a la cafeína. Si bien su efecto es menor, la teobromina puede aumentar la alerta y mejorar el estado de ánimo. Además, el chocolate contiene azúcares y grasas que pueden proporcionar un impulso rápido de energía y satisfacción. Por lo tanto, la perfecta combinación de estos compuestos crea una sensación de placer instantáneo y recompensa, lo que, a su vez, contribuye a la percepción de adicción.
Sin embargo, el chocolate tiene otros efectos más allá de los químicos. E impacta en nuestras emociones y estado de ánimo. Al comer chocolate, se liberan neurotransmisores como la serotonina y las endorfinas, asociados a la felicidad y el bienestar. Las que pueden crear una sensación de euforia temporal, y querer más chocolate para mantener esa sensación placentera. Es similar a lo que le ocurre a un atleta de alto rendimiento, ya que se trata de sustancias que se gatillan luego de 20 minutos que comienzas a hacer ejercicio.
Los expertos explican que al comer chocolate liberamos dopamina, neurotransmisor relacionado con el placer. Por tanto, en todo aquellos que hay azúcar encontramos la solución a eso que nos provoca nerviosismo o ansiedad.
Ahora bien, cuando la dopamina comienza a disminuir después de consumir chocolate, puede resurgir el deseo de experimentar esa sensación placentera, lo que incentiva el consumo nuevamente. Y es precisamente esto lo que puede dar a idea de que el chocolate es adictivo, porque buscamos constantemente esa sensación inicial de placer. Así mimo, si paramos de comer azúcar, y dejamos pasar el tiempo, esa necesidad desaparece. Esto, porque el bajón de azúcar que nos ha dado se ha podido corregir en nuestro cuerpo.
Si bien el chocolate puede despertar sentimientos de adicción, se puede consumir de forma controlada y saludable. Y aquí hay algunos consejos de los expertos: