La llenan de premios, la imitan en Saturday Night Live y tiene fans tan famosas como Ariana Grande, quien en 2018 imitó su memorable actuación en Legally Blonde en el programa de Jimmy Fallon. Pero Jennifer Coolidge todavía no puede creerlo. Ahora, Jennifer ha sido nombrada Entertainer of the Year por la revista Entertainment Weekly. Y ella no puede creerlo.
“Me da vergüenza porque yo no tenía ninguna esperanza de algo como esto. Mi vida fue tan chata por tanto tiempo que esto es mucho más de lo que podía imaginar y es muy emocionante”, confesó.
Entre lo que no podía imaginar está también el primer Emmy de su carrera por su papel de Tanya McQuaid en la serie The White Lotus. Así como la certeza de la crítica y el público de que su actuación en la segunda temporada le valdrá otro premio. Ella no deja de sorprenderse por su suerte: “Gente a la que admiré por años, ¡por décadas!, me escribe DMs para felicitarme. Gente a la que adoro. Y yo digo, ¿cómo puede ser que esta persona sepa quién soy? ¡Es genial! De pronto me ofrecen proyectos creativos, trabajos realmente divertidos, me parece que estar mejor es imposible”.
Nacida en Boston el 28 de agosto de 1961, a Coolidge el reconocimiento y el éxito le llegaron justo después de cumplir 60 años. Hasta ahora siempre se había destacado en roles de reparto que traspasaban la pantalla, de esos que se roban cada escena. Su debut en un show de elenco estelar fue en 1993, como uno de los tantos romances de Jerry en Seinfeld, pero quedó en el imaginario colectivo de una generación entera como “la mamá de Stifler” en la saga American Pie. Ella se ríe y cuenta que si bien aquella interpretación no la hizo ganar premios, sí cambió su vida amorosa para siempre.
“Legally Blonde fue un regalo de Dios, pero American Pie me ayudó en las citas de una manera que jamás podría explicar. Si no hubiera hecho esa película, habría sido una década muy aburrida”, dice la mujer que da vida a la solitaria millonaria que sobrevive como huésped en un resort de lujo para conectar la primera y la segunda temporada de la serie del momento. “Dije en una nota que gracias a American Pie pude acostarme con 200 hombres y me encantaría confirmar que es cierto, pero en realidad exageré un poquito. La verdad es que sí me abrió el mundo a un grupo mucho más amplio de hombres guapos y jóvenes. Legalmente jóvenes”.
Fuera de las bromas, su historia sentimental es un misterio o algo que nunca le interesó demasiado a los medios. Nunca estuvo comprometida ni se casó y tampoco tiene hijos, aunque ahora que se convirtió en una estrella, se especula que podría casarse y adoptar dos niños junto a su supuesto novio, Tom Mahoney, algo que ella ha negado varias veces. Tampoco ha confirmado las declaraciones del comediante Chris Kattan, que la describió en sus memorias como “sexy, fuerte, una bomba encantadoramente tonta que estaba lejos de serlo”.
Con su presencia única este año sorprendió como la inquietante vendedora inmobiliaria en The Watcher, la última creación de Ryan Murphy para Netflix. Ahora la crítica ya describe su actuación en The White Lotus como la de una Madame Butterfly empastillada pero adorable, una mujer que lo tiene todo menos a alguien que la quiera y termina por encontrar ese amor en los espectadores. Ella lo sabe bien: “Creo que mis mejores papeles son los más recientes porque pude interpretar personajes más complejos”. También sabe que durante demasiado tiempo Hollywood la tuvo en permanente prueba, al punto en que en 2011 llegaron a ofrecerle una audición para la versión musical de la manicurista de Legally Blonde que ya había hecho con maestría en el cine. “Le dije a mi agente: ¿No es una oferta directa? Mira, si voy y me subo al escenario y me tiro un pedo, ¡aun así voy a ser la gran protagonista de esa película!”.
“Fueron diez años yendo de una audición a otra. Y nadie me dio ningún trabajo. Es así como pierdes el miedo, cuando te acostumbras a perder. Hay algo de libertad en eso”. El cambio de suerte vino de la mano de su amistad con el director y guionista de The White Lotus, Mike White. “Hay algo que hice bien en mi vida fue elegir grandes amigos” dice Coolidge, para quien White escribió especialmente el personaje de Tanya. “Y mis amigos también se sorprenden del giro que dio mi vida. Durante tanto tiempo pareció que iba hacia otro lado, que temo que si lo analizo mucho podría arruinarlo”.
Fanática del grupo inglés de comediantes Monty Python, cree que el cambio en su vida también es cultural: “Es algo completamente nuevo que las mujeres seamos consideradas graciosas y valiosas y que logremos encabezar grandes comedias”. Dice también que muchas cosas dejaron de importarle y que ese es el verdadero cambio para ella: “Pienso que este año me di cuenta de que estoy viviendo un sueño. Y estoy muy agradecida por todo lo que me pasó, pero también entendí que nada me importa tanto. Esperé toda mi vida para que las cosas ya me importaran un carajo. Es la única manera de tener poder. No digo que ya no sea insegura, todavía lo soy sobre un montón de cosas, mi apariencia y todo eso, pero ya no creo que los insultos y las críticas me afecten como antes. Ya no me importa lo que piense de mi la gente”, dice en el momento que ya es considerada una actriz de culto.
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