Aunque es tradición que la reina Isabel II invite cada año a su familia al Palacio de Buckingham para un almuerzo prenavideño, incluidos no solo sus hijos, sus nietos y bisnietos, sino también sus primos, sobrinos, y las familias de estos.
Sin embargo, la lista de invitados es tan larga, que la reina ha decidido cancelar su almuerzo anual este año, por temor al riesgo de contraer la variante Omicron del Covid-19, que actualmente está surgiendo en Londres y ha sido causante de la mayoría de los casos en Gran Bretaña durante las últimas semanas.
La medida anunciada hace algunas horas, se produce un día después de que el primer ministro británico y el asesor médico, Chris Whitty, dijeran en una conferencia de prensa que la gente debería replantearse sus planes sociales a pocos días de Navidad.
Señalando que para ellos, lo más sensato era «priorizar las interacciones sociales que realmente les importan y, para proyectarlas, despriorizar las que les importan mucho menos». Y también que «el riesgo de que alguien se infecte durante un evento no esencial y luego no pueda hacer las cosas que si importan» aumentarían mucho más.
Así, y con la prevención de que esto signifique que otros eventos no puedan llevarse a cabo más cerca del día de Navidad, todo indica que la familia real se estaría preparando para pasar la festividad en el castillo de Windsor este año, a pesar de que la tradición siempre los llevó a reunirse en Sandringham, en Norfolk.