Cuatro años y varios éxitos después, Luis Fonsi asume un antes y un después de Despacito en su vida, porque no hay duda de que la colaboración que hizo en 2017 junto a Daddy Yankee dio un giro a su carrera, pero también cambió su vida en el ámbito personal.
El tema se convirtió en la primera canción en español en mantenerse en el número uno de Estados Unidos durante 16 semanas. “La compuse de la misma manera, con la misma guitarra, en el mismo estudio y con las mismas dudas y emociones que con cualquier otro tema”, comenta el artista puertorriqueño a El País. Agregando que lo asocia a un reinicio en su profesión, pues lo llevó a una nueva etapa de su carrera. “La música había cambiado mucho, yo cambié de sonidos, de productoras y por primera vez me lancé a hacer una colaboración con el artista urbano por excelencia”, comenta.
Un balance positivo puede sacar el intérprete gracias a la pegajosa canción que se convirtió en todo un hit. Sin embargo, no todo significó alegrías para el cantante, ya que Despacito también trajo más de algún inconveniente a su vida personal. Siendo uno que lo marcó, el hecho de que sólo unas semanas antes de su lanzamiento nacía su hijo Rocco, el pequeño de los dos que tiene junto a su esposa, la modelo española Águeda López. “Eran sentimientos extraños porque necesitaba estar a tope profesionalmente pero, a la vez, me estaba perdiendo las primeras veces de mi niño, sus primeros pasos… Eso me costó mucho”, asegura.
El presente de Luis Fonsi
La pandemia al artista le ha permitido disfrutar de los suyos y reconoce que le ha hecho valorar mucho más su trabajo. “La música latina está en un momento muy importante a nivel global. Es un vicio muy hermoso y en este último año y medio me he dado cuenta de que lo necesito y de lo difícil que es no tenerlo”.
Pero además de dedicarse a su familia y trabajar desde el estudio de su hogar en Miami en su nuevo disco, que pretende lanzar a finales de este año, el cantante se ha involucrado más que nunca en la política. Y aunque se define “antipolítico”, la preocupación del intérprete de No me doy por vencido ante la desigualdad y la división política que ha vivido la sociedad estadounidense en los últimos meses -e incluso años-, ha influido en su decisión de alzar la voz por los latinos. “Yo he sufrido bullying, racismo… y todavía hay gente que dice que, como hablo español, no soy americano. Eso me lo tomo muy personal, me hierve por dentro”, reconoce.
Haber vivido ese “desprecio” en primera persona, lo llevó a apoyar a Joe Biden durante su campaña, acompañándolo en conmemoración del Mes de la Historia Hispana junto a Ricky Martin. “Mi padre siempre me enseñó que la política es un tema delicado y que hay que respetar a todo el mundo, por eso cuando me invitaron me lo pensé mucho, porque era una responsabilidad muy grande, pero sentí que había que hablar”, explica sobre la necesidad de alzar su voz. “No estuve nada de acuerdo con la manera de gobernar de Trump, especialmente con cómo trató a la población de Puerto Rico. Se burló de nosotros, nos despreció, y me lo llevé muy a lo personal”, y “Biden no será un presidente perfecto y cometerá errores, pero al menos hemos mejorado en el respeto a los derechos humanos. Ya no tenemos ese circo diario como había antes”, sentencia.