Si has estado en redes sociales esta semana, seguro te has topado con la nueva tendencia de transformar fotos en imágenes con el inconfundible estilo del Studio Ghibli. La herramienta, impulsada por la inteligencia artificial de ChatGPT, ha conquistado a miles de usuarios.
Como su nombre lo indica, las inteligencias artificiales generativas pueden crear textos, imágenes y hasta videos a partir de las instrucciones del usuario, conocidos en el mundo tech como prompts.
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Para lograrlo, los modelos son entrenados con una inmensa cantidad de datos, muchas veces utilizando el trabajo de artistas, escritores y animadores sin su consentimiento ni compensación. Y ahí es donde empieza la controversia.
La polémica comenzó con la última actualización de ChatGPT-4, que ahora permite generar imágenes y modificar fotos con estilos específicos, desde Los Simpson hasta el universo Cartoon Network. Sin embargo, la opción más popular ha sido, sin duda, la de Studio Ghibli.
Este estudio japonés, liderado por el legendario Hayao Miyazaki, ha dejado su huella con películas icónicas como Mi vecino Totoro, El castillo ambulante de Howl, El viaje de Chihiro y La princesa Mononoke, entre muchas otras. Además, Miyazaki recientemente dirigió El niño y la garza, película con la que se llevó el Oscar a Mejor Película de Animación en 2024.
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Pero lo que comenzó como una simple tendencia ha escalado a un debate más serio sobre derechos de autor, originalidad y el impacto de la inteligencia artificial en el arte.
La controversia alcanzó su punto máximo cuando incluso la cuenta oficial de la Casa Blanca publicó una imagen generada por IA en estilo “Ghibli” para burlarse de una migrante deportada por tráfico de fentanilo, lo que solo avivó las críticas.
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Para los seguidores de Ghibli, la apropiación del estilo del estudio por parte de la IA es un insulto al trabajo de sus animadores. Y si bien Miyazaki no ha hecho comentarios sobre esta tendencia en particular, sus declaraciones pasadas dejan claro qué opina al respecto.
En 2016, durante una presentación de jóvenes animadores que usaban IA para generar una grotesca criatura tipo zombie, Miyazaki no escondió su descontento. Tras ver la animación, hizo una pausa y comentó que le recordaba a un amigo con una discapacidad que le restringe la movilidad.
“Pensando en él, no puedo ver estas cosas y encontrarlas interesantes. Quien crea estas cosas no tiene ni idea de lo que es el dolor. Estoy totalmente asqueado”, señaló.
Y no se detuvo ahí. “Si de verdad quieren crear cosas espeluznantes, pueden hacerlo. Yo nunca querría incorporar esta tecnología a mi trabajo. Creo firmemente que es un insulto a la vida misma”.
Cuando los animadores explicaron que su objetivo era desarrollar una máquina que “dibuje como los humanos”, Miyazaki cerró el video con una frase demoledora: “Siento que nos acercamos al fin de los tiempos. Los humanos estamos perdiendo la fe en nosotros mismos”.