La educación ha sido un pilar fundamental y de gran importancia en la familia real británica. Sin embargo, a diferencia del príncipe Harry, su hijo mayor Archie está recibiendo una educación que nada tiene que ver con la suya.
Cuando Meghan y Harry decidieron dejar su rol activo en la corona británica, dejaron claro que querían llevar una vida completamente diferente a la de los antepasados del hijo del príncipe Carlos y la princesa Diana de Gales. Luego del nacimiento de su primogénito Archie, los duques de Sussex hicieron sus maletas y se marcharon a Estados Unidos, donde residen desde entonces.
El matrimonio eligió como destino final Montecito, en California, una de las zonas más exclusivas del estado pero también una de las más liberales en cuanto a educación. Y recientemente se ha sabido que la pareja inscribió a su hijo en una guardería que cuenta con todos los requisitos que ellos buscaban.
Aunque no se ha revelado el nombre por seguridad, se sabe que la filosofía de la institución se enfoca en el contacto con la naturaleza y la práctica emocional. En pleno campo, la guardería cuenta con un programa de jardinería y con un montón de actividades al aire libre para que los alumnos sean conscientes desde pequeños de la importancia del medio ambiente.
En cuanto a la llamada ‘práctica emocional’, consiste en enseñar a los niños a identificar sus emociones y a saber expresarlas. Un apoyo fundamente a nivel mental durante el crecimiento de los niños con el que se ayuda a prevenir posibles trastornos mentales. Y algo en lo que Harry ha trabajado durante años, no solo por su experiencia propia, sino también ayudando a los demás juntos a su hermano, el príncipe William. Debido a lo que ellos pasaron de niños, la salud mental se ha convertido en parte importante del foco de trabajo de ambos hermanos