Una conversación reciente de Tracy Pollan volvió a poner en el centro la historia familiar que ha acompañado a Michael J. Fox durante más de tres décadas. Para la actriz, el impacto del Parkinson en la vida del actor no solo ha sido un desafío personal y profesional, sino también una fuerza silenciosa que moldeó la sensibilidad de sus cuatro hijos.
Durante su paso por la gala anual A Funny Thing Happened on the Way to Cure Parkinson’s, Pollan reflexionó sobre la forma en que la condición de Fox influyó en Sam, Aquinnah, Schuyler y Esmé. “Sí creo que crecer con un padre que tiene un problema de salud simplemente hace que surja naturalmente una empatía y una actitud protectora. Y ellos siempre han sido así”, comentó. Además, enfatizó que no considera que el diagnóstico los haya hecho “mejores personas”, pero sí más conscientes del cuidado hacia los demás.
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La pareja, que se casó en 1988, ha enfrentado en conjunto los avances de la enfermedad, y Pollan admite que el proceso emocional no siempre es sencillo. El año pasado reconoció que, en ocasiones, puede resultar “difícil” mantener el ánimo cuando la progresión del trastorno neurológico se hace más evidente.
Fox, quien comenzó a mostrar síntomas en 1991 y lo hizo público en 1998, ha dedicado buena parte de su vida a impulsar la investigación del Parkinson. Su fundación ha reunido más de 100 millones de dólares destinados a estudios científicos, consolidándose como una de las organizaciones más influyentes en esta área.
En la gala, que celebró su 25 aniversario, Pollan describió la atmósfera del evento como un espacio cargado de afecto y continuidad. “De verdad se siente como volver a casa”, dijo. “Siempre me emociona ver a los comediantes y a los invitados musicales. Y simplemente estar rodeada de todos estos…nuestra familia está aquí, nuestros amigos están aquí, nuestros seguidores están aquí, y es como un gran abrazo. Toda esta sala es como un gran abrazo”.
La ceremonia incluyó la participación musical de Jackson Browne, la conducción de Denis Leary y presentaciones de Jon Stewart, Colin Quinn y Nikki Glaser, reforzando el carácter festivo y solidario que ha acompañado al evento desde sus inicios.
