En una reveladora conversación con el pódcast On Purpose, de Jay Shetty, Madonna se atrevió a poner palabras a uno de los capítulos más oscuros de su vida. La artista, de 67 años, recordó cómo la lucha por la custodia de su hijo Rocco Ritchie con el cineasta inglés Guy Ritchie la llevó a un límite emocional insospechado.
“Hubo momentos en mi vida en los que quise cortarme los brazos. De hecho contemplé el suicidio”, confesó, abriendo una ventana inédita hacia su fragilidad. La reina del pop explicó que aquel proceso, que se prolongó hasta 2016, fue “uno de los más dolorosos” que enfrentó, al punto de llegar a pensar que era preferible morir antes de perder a su hijo.
Ver esta publicación en Instagram
El relato es descarnado. “Estaba de gira en ese momento, así que tenía que subir al escenario todas las noches. Me quedaba tirada en el suelo de mi camerino, sollozando. De verdad pensé que era el fin del mundo. No podía soportarlo. Simplemente no podía soportarlo“, compartió.
Madonna y Guy Ritchie contrajeron matrimonio en 2000 y se separaron en 2008. La disputa legal por Rocco, que hoy tiene 25 años, marcó a fuego a la cantante, hasta que un acuerdo permitió que el joven residiera en Londres junto a su padre.
Con la distancia que dan los años, Madonna asegura que lo que la mantuvo en pie fue su espiritualidad. Ese ancla, según sus propias palabras, fue lo que le devolvió equilibrio en medio de la tormenta. Hoy, la historia tiene otro desenlace: madre e hijo han reconstruido su vínculo.
“Me alegra decir que soy muy buena amiga de mi hijo, pero entonces no lo veía”, reflexionó, dejando en claro que las heridas, aunque cicatrizadas, siguen contando su propia verdad.