Maud Lewis nació en 1901, en Nueva Escocia, Canadá. De niña comenzó a desarrollar una artritis reumatoide que terminó siendo muy severa en su cuerpo y, sobre todo, en sus manos. Tal como se retrata en Maudie el color de la vida –el biopic de 2016 que ahora está en Netflix–, su paso por este mundo no fue para nada fácil; aunque había algo con lo que ella siempre era feliz y capaz de mirar su entorno de un modo aun más amable. Eso se daba cuando, pese a cualquier dificultad, tomaba un pincel, mezclaba colores y empezaba a pintar tarjetas de Navidad o pequeños rincones de su casa.
En un comienzo, era imposible que se imaginara que un día abriría una puerta que la haría ser tan querida como admirada; tampoco la fascinación que producirían sus colores y la manera de llevar a distintos soportes ciervos, pájaros, vacas, flores, gatos y caballos, entre otros.
Todas sus pinturas fueron creadas –y por lo general vendidas– en su pequeña casa en Marshalltown, Nueva Escocia. Una vivienda que tras su muerte, en 1970, fue muy visitada por sus seguidores, pero que antes de derrumbarse, fue trasladada a la Art Gallery of Nova Scotia. Allí los visitantes pueden recorrerla, con todo el arte de Maudie, mientras que en su lugar original se instaló un réplica.
La cinta Maudie el color de la vida, en tanto, fue dirigida por Aisling Walsh. La actriz Sally Jenkins protagoniza fenomenalmente a Maud; mientras que Ethan Hawke, que este celebra los 25 años del estreno de Antes del Amanecer, interpreta a su marido, un huraño vendedor de pescado. Sin duda, uno de los mejores estrenos del streaming de estos días.