El romance entre el príncipe William y Kate Middleton es, sin duda, una de las historias de amor más seguidas de nuestro tiempo. Desde que comenzó en la Universidad de St Andrews, esta pareja ha capturado la atención de millones.
Pero, como todo buen cuento, los detalles de su origen están llenos de anécdotas irresistibles. Todo empezó en las salas de la universidad, pero un momento en particular se ha convertido en leyenda: el desfile de moda de 2002.
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Kate, quien participó en el evento, desfiló luciendo un camisón, lo que, según los rumores, dejó a William completamente fascinado. “Esa aparición en la pasarela habría sido una verdadera revelación para el hijo de Carlos y Diana”, cuentan quienes conocen la historia.
Sin embargo, parece que el príncipe ya estaba cautivado desde antes, tanto que llegó a pagar 200 libras esterlinas (unos 240 euros) para conseguir una cita con Kate meses antes del famoso desfile.
Así lo reveló Laura Warshauer, amiga universitaria de ambos, al Daily Mail. “Fuimos a una fiesta en un castillo. El tema era Harry Potter y había una subasta a beneficio de una organización benéfica en la que las personas pujaban para ganar una cita. Will ofreció 200 libras para asegurarse un encuentro con Kate“.
En aquel entonces, William compartía departamento con dos amigos de Eton College, mientras Kate vivía en el piso de abajo. Laura, quien conoció a ambos durante sus primeras semanas de universidad, destacó: “Me sorprendió lo normal que era Will”.
“Podíamos hablar de cualquier cosa, incluso de los temas más simples. Tuve la suerte de ser testigo desde el principio de lo que se convertiría en una de las historias de amor más grandes y emblemáticas de nuestra época“.
Aunque su conexión era evidente para sus amigos cercanos, el momento en que hicieron pública su relación también fue de película. Según el biógrafo Robert Jobson, todo ocurrió durante una cena con amigos, mientras jugaban a Yo nunca, ese clásico juego donde las confesiones suelen salir a flote.
Entre los invitados estaba Carly Massy-Birch, exnovia de William, quien decidió romper el hielo con una declaración contundente: “Yo nunca he salido con dos personas que están en esta habitación”.
La tensión llenó el aire, pero William, con Kate a su lado, tomó su copa y bebió con una sonrisa tímida. Así, el que sería uno de los romances más famosos del mundo quedó al descubierto, y el resto es historia.
