Revista Velvet | La Berlín no para de crecer
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La Berlín no para de crecer

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La Berlín no para de crecer

POR equipo velvet | 11 diciembre 2025

La buena fama de esta pastelería, que nació hace 8 años solo con venta en línea, explotó con la pandemia y luego en su primer local en Vitacura. Hoy abren su quinta tienda, en Pedro de Valdivia con Sucre, y tienen novedades: un pan de pascua muy especial y tortas de cuatro leches con nuevos ingredientes como la lúcuma o el café.

Por Pilar Hurtado

Claudia Franceschini, suegra de Daniel Canala-Echevarría, hacía en su casa unas tortas extraordinarias. De ahí nació, en 2017, la idea de hacer una pastelería que vendiera de forma online y que se llamaría, en un principio, Dulce Inés.

Los socios-primos (Daniel y Diego Acevedo, junto con su señora, Ana María Astaburuaga, a quien le dicen Coco) venían del mundo corporativo, tenían amplia experiencia en marketing y sabían que era necesario diferenciarse de otras exitosas empresas del rubro.

“Está lleno de gente que cocina bien y que hace ricas tortas, o que dibuja bien y no por eso es Dalí. Es difícil ganarse la vida en algo que puede ser un hobby”, reflexiona Diego, quien fue invitado por su madre a conocer las tortas que hacía la suegra de Daniel. Al probarlas quedó encantado y pensó que era una oportunidad de negocio que les venía muy bien a él y a Ana María –Coco–, quienes en ese momento estaban pensando en agrandar la familia.

Coco trabajaba en el absorbente mundo corporativo y la pastelería parecía una opción compatible con la crianza. Diego apoyaría en finanzas y marketing, su mujer también en esa área, con muy buen olfato comercial, mientras que Daniel haría de gerente general.

Comenzaron en mayo de 2017, en la cocina de la casa de Claudia en Chicureo. Solo vendían las tortas online. Al no tener un local, fue fundamental tener buenas fotos de sus productos para la web. “Como el emprendimiento era pequeño, el presupuesto de las fotos era carísimo para nosotros, pero Daniel mostró tal convicción que decidimos hacer la inversión”, dice Diego. Ana María agrega: “Además las fotos en la web eran nuestra vitrina, porque no teníamos tienda física”. Un tiempo después, en 2018, decidieron abrir una tienda en Vitacura. Y el éxito se multiplicó.

Los tres cuentan que, cuando comenzaron, trabajaron mucho con la marca, pues ya sabían que el producto era excelente y que tenían una línea que los diferenciaba: el merengue, menos presente en las tortas de las pastelerías de larga trayectoria, por lo general más basadas en chocolate, manjar, hojarasca, caluga. También la venta en línea, el despacho a domicilio y el haber sido de los primeros en ofrecer tortas sin lactosa o sin gluten y, poco después, sin azúcar.

“Teníamos claro que la torta no solo tiene que ser rica y con ingredientes de primera calidad, sino que también tiene que ser muy bonita, instagrameable. Eso acompañado del packaging”, agrega Coco. Ahí también innovaron, presentando sus tortas en cajas de cartón con una bandeja blanca, sin la clásica blonda, “entendiendo que hay todo un ritual en el momento en el que la torta se lleva a la mesa, y el empaque es parte de eso”.

El estallido social y la pandemia triplicaron sus ventas en pocos meses. A fines de 2020 estaban seguros de haberle dado el palo al gato, pero las ventas empezaron a bajar de a poco. Volvía la presencialidad y, con ella, surgió la necesidad de ir abriendo tiendas. Así sumaron, a la de Vitacura, un local en San Carlos de Apoquindo. Habían entendido dos cosas importantes: que a la gente le gusta ir a ver la torta y poder compararla con la foto, y también que “en las tiendas físicas hay un componente muy importante que son los Rappi y los Uber Eats, quienes cubren una zona geográfica de 6, 7 kilómetros. Sin tienda, no atiendes a los clientes que compran por estas plataformas más que directamente por la web”, explica Daniel.

Después abrieron en La Dehesa y la calle Martín de Zamora, y están por inaugurar en Pedro de Valdivia con Sucre. Para el próximo año estarán en La Florida y abrirán otro local en Las Condes, mientras barajan opciones en Chicureo y Maipú. Y para 2027, o tal vez un poco antes, están buscando un modelo de franquicia que permita llevar a La Berlín a regiones.

LA PASTELERÍA QUE VIENE

Para estos días, La Berlín propone un pan de pascua con naranjas confitadas, almendras y nueces. Y para el verano, nuevas propuestas de tortas de cuatro leches con ingredientes como lúcuma y café, además de formatos más pequeños (barras, para 10 porciones) de sus tortas clásicas.

“Nosotros llegamos 40 años tarde a la categoría. La gente creció con ciertas pastelerías clásicas que la acompañaron. Cuando llegas tarde a la fiesta, no puedes vestirte igual que todo el mundo porque no te va a ver nadie”, comenta Diego. Por eso “en vez de destacar el concepto de las recetas de la abuela, nosotros hablamos más desde crear un dulce momento, de compartir. Artesanos de momentos, le llamamos”, finaliza Coco.

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