Reencuentro es una de las muestras obligadas de 2019 –presentada por el Museo Chileno de Arte Precolombino y Escondida y BHP–, tanto porque su protagonista, la estadounidense Sheila Hicks, es la artista textil más importante del mundo –ha estado en la Bienal de Venecia, en el Pompidou y su trabajo es parte de colecciones tan reconocidas como las del MoMA o el Metropolitan Museum of Art– y porque su trabajo –lleno de colorido, diseño, una particular relación con el paisaje y cosmovisión– une el arte contemporáneo con la herencia del arte indígena americano.

En total son más de cincuenta piezas exhibidas y entre ellas destacan Zapallar Domingo, Chiloé-Chonchi, Parque Forestal y Tacna Arica. Sheila Hicks, por lo demás, nació en Hastings, Nebraska, es discípula de Josef Albers y su formación artística está basada en la Bauhaus. Su fascinación con el arte textil, en tanto, comenzó a través de los tejidos precolombinos con los que se deslumbró viajando por América Latina a fines de los años 50. Tal como cuenta su biografía, recibió una beca Fullbright para pintar en Chile entre 1957-8.

“Las personas que conocí en Chile me ayudaron a formar mi estructura cultural y me inspiran hasta hoy”, ha dicho la artista. “Me encantó”, agrega, “ver cómo la gente era independiente en el sentido de que sabía cómo construir una vida, improvisando todos los días y todas las noches y logrando una expresión donde no hay repetición, sino que cada uno es un individuo con una personalidad, preferencias, ideales y habilidades de creación. Estoy viviendo un poema que empezó en Chile en 1957 y nunca terminó”.

Lugar: Museo Chileno de Arte Precolombino (Bandera 361, Santiago)
Entradas, de acuerdo a la información del museo: Chilenos y extranjeros residentes: $1.000, estudiantes chilenos y extranjeros residentes: $500, turistas extranjeros: $7.000, estudiantes extranjeros: $3.500. Menores de 10 años, entrada liberada. Personas pertenecientes a los pueblos originarios, entrada liberada. Adultos mayores locales, entrada liberada. Primer domingo de cada mes, entrada liberada.

Fotos: Museo Precolombino y Francisca Olivares