Desde Berlín, una cámara recorre entre la neblina los contornos de una ciudad que todavía conserva cicatrices invisibles. Así se despliega 0911WARSCHAUERSTR, el cortometraje co-dirigido por la actriz y realizadora chilena Carolina Soltmann junto a Boromir Bogumil, que acaba de obtener el Primer Lugar al Mejor Documental en el Pink City International Short Film Festival, celebrado en Jaipur, India. Una obra que convierte la experiencia de migrar en un gesto estético y existencial.
La película, construida en un elegante plano secuencia, “explora el desplazamiento emocional de un viaje fragmentado, invitando a reflexionar sobre la resistencia, la impermanencia y aquello que se pierde en una travesía hacia lo desconocido, donde la identidad y la memoria se ven desafiadas por el paso del tiempo“.
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El título alude a Warschauer Straße, un punto emblemático del Berlín dividido. “Warschauer Straße fue un punto de cruce y un área significativa a lo largo de la frontera que dividía Berlín Oriental y Occidental. El Puente de Oberbaum (Warschauer Brücke) es un ejemplo clave, ya que era la frontera entre Friedrichshain y Kreuzberg. Y es parte de la ruta del Muro de Berlín”, explica Soltmann, según BioBioChile. “Hoy, la zona sigue siendo un punto de referencia, con restos del muro y atracciones que recuerdan el pasado”.
El reconocimiento internacional no llega solo. Además del galardón en Jaipur, 0911WARSCHAUERSTR recibió una Mención Honrosa del Jurado en el NIFF – NOIDA International Film Festival. Para Soltmann, estos premios son también una afirmación política. “El cine indio actual es un territorio de resistencia y renovación. Frente al brillo comercial de Bollywood, emerge un cine disidente que explora lo íntimo, lo político y lo poético. En esa tensión entre arte y mercado, tradición y ruptura, se despliega una búsqueda de nuevos lenguajes que revelan identidad y memoria”. Y agrega: “Ha sido un reconocimiento en el reivindicar el uso creativo desde perspectivas descentralizadas, más libres”.
Narrado en ruso por una voz femenina que parece flotar entre los edificios y la bruma, el cortometraje se convierte en una suerte de manifiesto sensorial. “El cortometraje es un manifiesto poético donde cuerpo, identidad y territorio se funden en una misma entidad simbólica a través de un narrador que reflexiona sobre la pertenencia y la soberanía. La obra propone una mirada sobre la pérdida, la memoria y las travesías a las que estamos sujetos constantemente”, reflexionó la directora.
Tras su paso por festivales en Inglaterra, Italia, Estados Unidos, Perú e India, el cortometraje tendrá su estreno oficial en Berlín y posteriormente en Chile, en 2026. Pero Soltmann ya mira hacia adelante.
Según reveló el mismo medio, actualmente prepara dos nuevos proyectos que continúan su exploración entre lo íntimo y lo simbólico. El primero, Un mundo mejor y más barato, es “una sátira sobre la simplificación del mundo contemporáneo y la idea de que crear cualquier proyecto debe ser algo grandioso o costoso”.
El segundo proyecto, en tanto, “narra la historia de dos personas que, entre el anhelo y el duelo, se refugian el uno en el otro. Viven un amor suspendido, tejido de pérdidas compartidas y silencios cómplices, soledad y pasado se entrelazan como un secreto”.