Nada que hacer, la Met Gala no trae buena suerte a Kim Kardashian quien siempre logra destacar por sus looks pero que, al parecer es incapaz de cuidar de ellos hasta el final de la noche. Después de forzarse a usar el mismo e icónico vestido de Marilyn Monroe, con el que le cantó el Happy Birthday al presidente Kennedy, este año la modelo y empresaria quiso llevar un outfit afín al homenaje a Karl Lagerfeld.
Kardashian eligió el vestido de alta costura de Schiaparelli y la razón que dio fue muy sencilla: “¿Qué es lo que mejor representa a Karl? Las icónicas perlas de Chanel es en lo que siempre he pensado”, explicó Kim. Y efectivamente, su vestido, además del corsé de satin y los 16.000 cristales en aplicaciones, contiene un número impresionante de perlas: más de 50.000. Todo esto fue realizado durante más de mil horas de trabajo.
Un look muy llamativo, ajustado totalmente al tema de la noche pero, como podríamos imaginar, muy poco práctico para moverse por lo delicado que es. Quizás demasiado. Y es que algunos hilos con cuentas de perlas se le rompieron durante la Gala. “Algunas de las perlas se cayeron por el camino”, contó Kim, “le dije a mi hija que las recogiera todas y las metió en su bolso”. Lo que resultó, según varios sitios de Internet, es que la chica reality se convirtiera en una suerte de versión glam de Pulgarcito, pero que en lugar de migas de pan, dejaba perlas a su paso.
Este incidente hizo recordar lo ocurrido el año pasado con el vestido histórico diseñado por Jean Louis y que la actriz lució en la noche de la Gala del MET. Un mes después de dicho evento, circularon fotos del vestido con cristales menos y descosido en varias partes. Así y todo, fuentes del museo propietario del vestido y donde se lo prestaron a Kim, negaron que la prenda hubiese sido dañada o alterada para que le cupiese a la fuerza.