Kim Kardashian es la protagonista de la última portada de la revista Allure, en donde promociona su línea de skincare llamada SKKN y además, se refiere a los procedimientos estéticos a los que se ha sometido. La empresaria y modelo que durante los últimos días se lució en París durante el desfile de Balenciaga, contó lo que ha hecho exactamente para mantener su rostro lo más libre de arrugas posible, y lejos de lo que pensábamos, no ha sido en base a cirugías plásticas.
La creadora de Skims reveló que actualmente tiene un “poquito” de Botox en el ceño y aclaró que no usa fillers, y que nunca los ha usado. Señaló que sus mejillas y labios no tienen rellenos: “sin relleno. Nunca llené ninguno de los dos, nunca”, afirmó categórica. También negó tener extensiones de pestañas y confirmó que sus cejas son reales: “nunca he tenido extensiones de pestañas. Nunca he hecho nada. Hoy tengo un poco de rímel. Nunca me he llenado las mejillas. Nunca me he llenado los labios”. Lo que sí admitió es que se somete a tratamientos láser regularmente y agregó algo que a todos nos ha quedado claro a lo largo de los años: “Me importa, genuinamente me importa lucir bien”.
Explicó que debido a su agenda tan ajetreada y a sus tareas de madre es que por las noches, cuando sus hijos están durmiendo, se aplica su rutina de skincare y también se realiza tratamientos con láser. Reconoció que no es perfecta pero aseguró que se siente bien así, aunque en el pasado le costaba más aceptarse como es: “odio mis manos, están arrugadas y asquerosas. Pero he vivido la vida y he cambiado tantos pañales con estas manos y he acurrucado a mis bebés con estas manos, así que estoy bien con ellas. Envejecer no significa que no me esforzaré por alcanzar la perfección, pero llegas a un punto en el que dices: Está bien, mi salud es más importante que cualquier otra cosa”.
Kim finaliza la entrevista diciendo que a pesar de que haría cualquier cosa por lucir y sentirse joven, sabe la diferencia entre eso y dar muestras poco saludables de no envejecer.