“Te amo, pero me amo más a mí misma”, es quizás la frase más recordada de Samantha Jones en Sex and The City. Extrovertida, segura de sí misma, desinhibida e independiente, un personaje inolvidable, pero que en nada se parece a la actriz que lo interpreta. Es más, la propia Kim Catrall lo ha dicho, además de asegurar el amor/odio que siente por Samantha.
Kim Cattrall nació el 21 de agosto de 1956 en Liverpool, Inglaterra. Hija de una madre secretaria y un papá ingeniero de construcción, toda la atención familiar se llevaba su túa Jean, quien fue niñera de Ringo Starr, cuando todavía era Richard Starkey claramente.
De Inglaterra a Canadá, la actriz creció muy cercana a la naturaleza y con un padre que no siempre se acordaba de ir a buscarla al colegio. Lo que detonó que desarrollara un temor a ser olvidaba por sus seres queridos. Algo que llegó afectarla en su trabajo, como cuando llega a un aeropuerto. Si no ve a nadie del equipo esperándola entre en pánico.
A los 11 años descubrió el teatro gracias a su mamá, quien la llevó a ver una obra. Entre idas y vuelta de Inglaterra a Canadá, finalmente terminó ganando una beca para estudiar en Nueva York. Su primera película llegaría a sus 20 años, y de ahí en adelante vinieron decenas de ellas, unas exitosas y otras completos fracasos.
A los 40 años llegó Sex and the City, definitivamente lo más reconocido de su carrera. Le propusieron ser Samantha Jones, una relacionadora pública exitosa, segura y que vivía el sexo sin compromisos. Escuchó la propuesta, leyó el guión y respondió “no”. Samantha le parecía poco creíble. Los productores insistieron y dos veces más escucharon “no”. La cuarta vez aceptó. Mostrar la vida de cuatro amigas que se comportaban como una familia y que no necesitaban ser hombres para sobrevivir, sí le resultaba interesante.
Tras el estreno, los seguidores de la serie comenzaron a amar cada vez más a Samantha, algo que no esperó. Ni si quiera era la protagonista. Quizás en el minuto en que se lanzó la serie, las mujeres necesitaban a una Samantha que desmitifique la sexualidad. Pero en la actualidad, la opinión de Cattrall es diferente y reveló a Vanity Fair, “Samantha es Afrodita. Es la resurrección de un mito, de alguien que realmente no existe. Los tiempos actuales necesitan un punto de vista mucho más realista, tanto en el sexo como en todo lo demás. Y que no solo entretenga, sino que también eduque”.