La actriz que se ganó el título de sex symbol en la década de los 90, confesó su lucha contra la agorafobia, razón por la cual, tras su época dorada en Hollywood, Kim Basinger mantiene su vida en un estricto bajo perfil.
A sus 71 años, ha pasado mucho tiempo desde que se vio a la actriz en público y, por lo mismo, llamó mucho la atención cuando su hija, Ireland Baldwin, compartió unas postales familiares en mayo donde aparece Basinger.
Fue en mayo que Ireland, fruto del amor entre la actriz y Alec Baldwin, compartió fotos del cumpleaños de Holland, su hija de dos años. Y en dos de ellas aparece la actriz de 71 años, posando con un enorme sombrero de paja y unos lentes de sol que tapan gran parte de su cara.
Salvo por un par de fotos contadas con los dedos de una mano, algunos videos retro y ciertas publicaciones relacionadas a la defensa de los animales, es raro ver una imagen actual de la estrella. Además, en cuanto a su carrera, su último trabajo fue en Cincuenta sombras liberadas, en 2018. Sin embargo, Basinger no habla de un retiro, sino más bien, asegura que es muy “exigente” al momento de elegir sus papeles.
Según la revista US Magazine, pese a su exitosa carrera y exposición que vivió por años, Basinger explicó que tiene una personalidad “extremadamente tímida”. En 2022, incluso, reveló que padece de agorafobia, un tipo de trastorno de ansiedad con el cual aún batalla y que la lleva a buscar pasar desapercibida la mayor parte del tiempo.
De acuerdo a Mayo Clinic, “la agorafobia es un tipo de trastorno de ansiedad. Implica tener miedo y evitar lugares o situaciones que podrían provocar pánico y sensación de estar atrapado, indefenso o avergonzado. Quizás tengas miedo de situación que está ocurriendo o que ocurrirá en el futuro. Por ejemplo, es posible que tengas miedo de usar el trasporte público, estar en espacios abiertos o cerrados, hacer una fila o estar en una multitud”.
Y agregan que “suele hacer que la persona tenga dificultades para sentirse segura en cualquier lugar público, especialmente donde se reúnen multitudes y en lugares que no le son familiares. Es posible que sientas la necesidad de tener un acompañante, como un familiar o amigo, para que vaya contigo a lugares públicos”.
La actriz habló de su salud en un episodio de Red Table Talk, en el que participó junto a su hija. Allí compartió su diagnóstico, recordó su ansiedad infantil y explicó cómo ese sentimiento se trasladó a su vida adulta. Basinger recordó que de muy pequeña vio a su madre luchar contra la ansiedad y siempre tuvo miedo de que algo le pasara. “Eso comenzó a afectarme de tantas maneras que sentí que tenía que estar en casa con mi mamá para salvarla”, confesó. Es más, la actriz llegó a inventar excusas en el colegio para volver a su casa y cuidar a su madre.
En el colegio, notaron el comportamiento y le pidieron realizarse exámenes, los que demostraron que padecía de ansiedad, algo que con los años se transformó en agorafobia.
Este trastorno tuvo consecuencias en la vida de la actriz, en momentos tan diarios como ir al supermercado. “Era la tienda de mi barrio. Iba por el pasillo número tres. Mi canasto estaba casi lleno, y descubrí que algo realmente me superaba de tal manera que no podía respirar. Así que dejé el canasto y llegué a mi auto, y esa fue la última vez que manejé durante casi seis, siete meses”, confesó.
Basinger dijo que eventualmente llegó a pasar mucho tiempo sin salir de su casa, salir a comer o recibir invitados. “Lo intentamos, y es realmente horrible sentir que ganó tan ferozmente como lo hizo durante esos años, ya sabes, y no saber lo que fue. Es como si algo se apagara por completo dentro de ti y tuvieras que volver a aprender todo”, sostuvo. La actriz también explicó que tuvo que “volver a aprender a manejar” y que todo la ponía nerviosa. “Todo se convirtió en un gran trabajo para averiguar cómo hacerlo”, compartió. “Vives con la boca seca todo el tiempo, estás muy temblorosa, estás agotada todo el tiempo”, comentó.
Por su parte, la recuperación también fue difícil. La actriz realizó un tratamiento durante seis meses, pero confesó que se sintió muy sola y llegó a creer que muchos no iban a entender su lucha. Sobre todo por los estigmas que existen sobre la salud mental. “Estaba muy asustada porque no quería decirle a nadie lo que estaba pasando”, dijo. Y destacó a su hijo como parte fundamental de sus logros, definiéndola como “una gran maestra y una gran sanadora”. “Ella me ha sacado de mi caparazón”, concluyó.